
Foto: Sergio F Cara (X/@realdonaldtrump/NotiPress)
La nominación de Donald Trump al Premio Nobel de la Paz, por el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu el 7 julio de 2025, no es la primera vez que la historia del galardón se ve marcada por figuras controvertidas. Un ejemplo emblemático ocurrió en 1939, cuando Adolf Hitler, líder del Tercer Reich, fue nominado al mismo premio. Esta nominación, por su parte, desató una oleada de protestas y debates, subrayando cómo las candidaturas al Nobel pueden desbordar la lógica tradicional de la paz.
Respecto a la nominación de Hitler, fue presentada por el político sueco Erik Brandt, quien argumentó que el dictador alemán merecía el premio por su rol en la preservación de la paz en Europa. En su carta dirigida al Comité Nobel, Brandt destacó el acuerdo de Múnich de 1938, que permitió la anexión de los Sudetes por parte de Alemania y evitó un conflicto armado inminente. Según él, Hitler "salvó a Europa de una catástrofe", y debido a su "glorioso amor por la paz", debía recibir el premio.
Sin embargo, el contexto detrás de esta nominación fue más complejo de lo que reflejaba la carta. Tras las reacciones violentas ocurridas en Suecia, Brandt aclaró en entrevistas que su propuesta era un acto irónico, una crítica velada a la política de apaciguamiento implementada con Hitler. Según Brandt, la nominación tenía como objetivo ridiculizar a quienes pensaban de forma errónea sobre el acuerdo de Múnich representaba una verdadera solución pacífica a los problemas europeos. Tras los estallidos de rechazo, Brandt retiró la nominación poco después, reconociendo cómo la ironía no fue comprendida adecuadamente por el público.
Así, la candidatura de Trump, presentada por Netanyahu, no está exenta de controversia. A pesar de los elogios por su rol en los Acuerdos de Abraham y los avances en el conflicto israelí-palestino, la nominación de Trump ha sido objeto de debate. Sus políticas y decisiones en la región han generado tanto apoyo como críticas, lo cual plantea la pregunta sobre si un solo individuo puede representar el valor universal de la paz.
Igualmente, la diplomacia de Trump en Medio Oriente, particularmente en el contexto de la guerra en Gaza y las negociaciones con Hamas, sigue siendo un tema delicado. La lucha por un alto el fuego duradero y la reconstrucción de Gaza son temas que afectan directamente a miles de personas en la región, y su resolución podría tener implicaciones más amplias en la política internacional. Sin embargo, las decisiones de Trump, como su postura frente a Irán y su relación con otros actores internacionales, también han sido fuente de controversia y desconfianza.
A través de la historia, las nominaciones al Premio Nobel de la Paz han reflejado la complejidad de los conflictos globales y las relaciones internacionales. La candidatura de Trump, pone de relieve cómo las decisiones de los líderes y sus enfoques hacia la paz pueden estar sujetos a diversas interpretaciones, y cómo tales nominaciones no solo premian la diplomacia, sino también los conflictos ideológicos y políticos que acompañan a esas decisiones.
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