Ciudad de México,
Ricardo Cocoletzi
Crédito foto: EPA
Desde el año 2013, cuando el entonces primer ministro Shinzo Abe anotó los Juegos Olímpicos de 2020 a su natal Japón, su gobierno tuvo todas las oportunidades para finiquitar la deflación económica. El país urgentemente buscaba recrear un poco de la magia que los Juegos Olímpicos de 1964, desafortunadamente en el panorama no figuraba la emergencia sanitaria ocasionada por Covid-19.
Con unos Juegos Olímpicos aplazados 12 meses, el ánimo anfitrión por albergar los Juegos Olímpicos se vio menguando conforme pasaba el tiempo. Datos del Comité Olímpico Internacional (COI) en conjunto con el gobierno japonés, estimaron el costo del aplazamiento en 7.8 mil millones de dólares. Esto resultó mucho más económico que una cancelación total, cuyo costo se estimaba en 54.6 mil millones de dólares.
Pese a todos los esfuerzos por celebrar los Juegos Olímpicos, el costo de su realización se elevó de manera alarmante. Tanto fue así que el CEO de bebidas Suntory, Takeshi Niinami, comentó en entrevista que su compañía decidió no ser patrocinadora de los Juegos de Tokio, argumentando ser "demasiado caros".
"Pensé que esta ocasión sería un gran escaparate para nosotros", dijo Niinami en Tokio. "Esperaba que vinieran muchos espectadores del extranjero". En vez de ser un patrocinador oficial, Suntory prefirió llegar a mas personas creando alianza con bares y restaurantes, con la finalidad de elevar su presencia y notoriedad en los Juegos Olímpicos.
Desafortunadamente, la situación sanitaria hizo dar un giro inesperado, el prohibir la asistencia de fanáticos a los eventos deportivos, Niinami aseveró, "las pérdidas económicas serán enormes". A la vez estimó que el sector empresarial japonés podría haber presentado crecimiento económico del 10% en ventas de permitirse los turistas.
Takahide Kiuchi, economista del Nomura Research Institute, dijo: "No tener turismo nacional e internacional significará un costo de 146.800 millones de yenes (1.300 millones de dólares)". Empresas pilares como Toyota, patrocinador clave de los Juegos Olímpicos, aseguró el no publicitar spots relacionados a las Olimpiadas, optando por anuncios de índole regular.
No será hasta terminados los Juegos Olímpicos cuando se darán a conocer las cifras reales del costo que ha representado dicho evento. Sin embargo, empresarios de todos los niveles han asegurado una gran deuda, en lugar de los ansiados beneficios económicos esperados ante un evento de dicha magnitud.
Michael Payne, exjefe de marketing del Comité Olímpico Internacional, reconoció el inmenso trabajo del sector empresarial, comentando en entrevista: "No tiene sentido suavizar, sabes, esta es por lejos una situación ideal". Payne, responsable de crear el programa de patrocinio global de los Juegos Olímpicos hace cuarenta años, prevé otra situación. El experto asegura que las empresas podrían aún estar gratamente sorprendidas por el potencial beneficio heredado que vendrá de estos Juegos tan difíciles. "Todavía existe una oportunidad de gran importancia. No todo esta perdido ni descartado" comentó.