Foto: Panasonic
Cada 4 años, los Juegos Olímpicos tienen lugar, el país sede es el encargado de albergar no solo a las deferentes delegaciones de todos los países, sino al mundo entero. Desde la primera edición de los juegos en 1896 en Atenas, Grecia, la manera en la que la tecnología ha acompañado al deporte en general ha cambiado y evolucionado. Durante los últimos Juegos Olímpicos de verano e invierno (Río 2016 y Pieonchang 2018), se vio un aumento en el uso de la tecnología que se extiende incluso más allá de la transmisión en redes sociales, señalización digital y más.
Realizando investigación y un desarrollo increíble, los ingenieros han avanzando en la investigación de materiales usados en la fabricación de artículos deportivos. Aligerar el peso, reducir la fricción, mejorar la tracción e incluso mejorar la prevención de accidentes ha cambiado la manera de ver y vivir el deporte.
La tecnología 3D, sumado al escaneo corporal, lograron que la marca Speedo creara un traje de baño; este comprimía el torso y agregaba flotabilidad adicional. Usado en Beijin 2008, el 98 por ciento de los nadadores hizo uso de este traje, fue una innovación tan bien desarrollada que se consideró una ventaja injusta. Con el desarrollo del traje el Comité Olímpico Internacional se vio en la necesidad de prohibir su uso en todas las competiciones oficiales.
En la pista de atletismo se ha visto un uso de trajes ajustados con la finalidad de mejorar la aerodinámica de los corredores para mejorar sus tiempos. La marca Puma desarrolló para el corredor Usain Bolt los Puma Yaam, tenis especializados con un peso de solo 149 gramos, cada uno hechos de fibra de carbono, otorgándole una mejor flexibilidad e impulso a cada zancada.
De igual forma en las pistas, en 2012, BMW, socio de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, presentó un sistema 3D para evaluar saltos largos en pista y campo. Este sistema prueba el ritmo y estima la aceleración corporal y además de las ubicaciones del atleta en automático. El análisis hecho por este sistema se basa en la apreciación del entrenador y en la recopilación de imágenes durante años.
Teniendo un blanco de papel y un arbitro que juzgaba la precisión del tiro, el tiro con arco también ha evolucionado para así disminuir la polémica generada por el factor humano. Ahora, por debajo del objetivo, existe un sistema de sensor avanzado capaz de medir con precisión dónde una flecha ha perforado el objetivo. El sistema es tan preciso que puede señalar la ubicación de una flecha en 0,2 mm, mucho más preciso a diferencia de la capacidad del ojo humano es capaz de hacer.
Al mismo tiempo que evoluciona el campo competitivo, es imperativo la evolución de los programas antidopajes de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA por sus siglas en ingles). El escándalo del programa de dopaje elaborado por Rusia casi le cuesta al país la oportunidad de competir en los Juegos Olímpicos, destacó la necesidad de mejorar las pruebas antidopaje.
Tal es la importancia del Fair-Play que no solo se encargan de analizar sustancias conocidas prohibidas, también se analiza la apariencia de la muestra en comparación con otros atletas en los juegos. Sumado a este análisis, el uso del big data para probar tantas muestras como sea posible y luego compararlas con el rendimiento deportivo en busca de tendencias y anomalías es crucial.
Otra mejora son las pruebas de terapia génica para detectar la mejora en el rendimiento del atleta. Esta prueba evidencia si el participante ha recibido ADN sintético, el cual cumple una función de proporcionar una hormona llamada eritropoyetina (EPO) responsable del aumento de glóbulos rojos, mejorando así el rendimiento deportivo.
Tendencias como el big data seguirán dando de que hablar durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Con un aumento en los dispositivos portátiles, mejor software de seguimiento y más empresas centradas en los datos, se esperan una gran resolución atlética en los Juegos Olímpicos.
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