
Foto: X @NbK1808
El Parlamento de Bulgaria aprobó este viernes 12 de diciembre la dimisión del Gobierno encabezado por el conservador Rosen Zhelyazkov, abriendo un nuevo episodio de inestabilidad política que podría derivar en las octavas elecciones generales en menos de cuatro años. La decisión fue adoptada por unanimidad, con el respaldo de los 227 diputados presentes.
La renuncia del Ejecutivo tripartito —integrado por GERB, el Partido Socialista Búlgaro (BSP) y el partido populista ITN— se produjo tras una ola de protestas ciudadanas que comenzó a finales de noviembre y que congregó a cientos de miles de personas en Sofía y otras ciudades. Las manifestaciones estallaron inicialmente por el proyecto de presupuesto para 2026, el cual incluía aumentos fiscales y recortes en el gasto social. Sin embargo, el foco pronto se desplazó hacia denuncias de corrupción sistémica.
Buena parte del malestar social se centró en la figura del oligarca Delyan Peevski, sancionado por Estados Unidos y el Reino Unido por corrupción. Su partido, DPS-Nuevo Comienzo, brindaba apoyo parlamentario al Ejecutivo. Los manifestantes acusaron a Peevski de ejercer influencia sobre el Gobierno, el sistema judicial y los servicios de seguridad. Las consignas "Ciudadanos contra la mafia" y "Cuando el sistema calla, el pueblo habla" reflejaron el rechazo popular.
La crisis también reavivó el descontento contra Boyko Borisov, líder de GERB y tres veces primer ministro entre 2009 y 2020. Las críticas apuntan a la pérdida de poder adquisitivo, la persistente inflación y la incertidumbre frente a la entrada de Bulgaria en la eurozona, prevista para el 1 de enero de 2026; una decisión que urge teniendo en cuenta la guerra que se desata al otro lado del Mar Negro.
Formalizada la dimisión, la Constitución obliga al presidente, Rumen Radev, a iniciar consultas con los partidos representados en la Asamblea y ofrecer hasta tres mandatos para formar un nuevo Gobierno. El primero corresponde a GERB, como fuerza más votada. Sin embargo, Borisov anunció que no intentará conformar mayoría alguna. En un Parlamento fragmentado, los demás partidos tampoco parecen tener capacidad para alcanzar un acuerdo.
Si los tres intentos fracasan, el presidente deberá convocar elecciones anticipadas y nombrar un Ejecutivo interino. De acuerdo con los plazos legales, los nuevos comicios podrían celebrarse en marzo. Según medios locales, la actual presidenta del Parlamento, Raya Nazaryan, figura destacada de GERB, es la candidata más probable para encabezar el Gobierno provisional.
La renuncia también bloquea la aprobación del presupuesto para 2026, lo que implicará prorrogar el de 2025. Esto significa que Bulgaria podría incorporarse a la eurozona sin contar con un nuevo marco fiscal aprobado.
En el Índice de Percepción de la Corrupción 2024, elaborado por Transparencia Internacional, Bulgaria obtuvo 43 puntos sobre 100, ubicándose en el puesto 76 de 180 países. Dentro de la Unión Europea, solo Hungría presenta una peor calificación. Organismos como el Grupo de Estados contra la Corrupción (GRECO) han advertido sobre la ineficiencia del sistema judicial búlgaro y la falta de independencia de los medios como factores clave en la persistencia de la corrupción.
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