Venezuela extiende en la ONU su solidaridad a Rusia, China, Irán y Corea del Norte

 26-09-2025
Axel Olivares
   
Portada | Internacional
Foto: ONU

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Durante su discurso en la 80° Asamblea General de Naciones Unidas, el Ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Yvan Gil Pinto, utilizó el escenario internacional para defender la legitimidad del gobierno venezolano en medio de un potencial enfrentamiento con fuerzas estadounidenses, las cuales aumentaron la tensión con el regimen chavista luego de desplegar una operación militar por las aguas del Caribe. En este sentido, hizo un llamado a todos los países y organizaciones antioccidentales a respaldar al gobierno de Nicolás Maduro.

Gil denunció una campaña de agresiones liderada por Estados Unidos. Para justificar su argumento, afirmó que a lo largo de la historia su país se vio sumido a la "más oprobiosa miseria y represión", hasta que "el comandante Hugo Chávez logró levantar un poderoso movimiento popular para hacer una revolución pacífica y democrática".

En esta misma línea, sostuvo que "los pueblos del mundo saben muy bien todo lo que hizo el poder estadounidense para derrocar al comandante Chávez y acabar con el proyecto histórico de liberación respaldado y reafirmado sucesivamente por el pueblo venezolano en 32 elecciones".

Así, denunció que "la guerra económica cuya expresión más cruel son las 1.042 sanciones" ha afectado de manera directa a la industria petrolera y los sectores productivos de su país. También denunció incursiones mercenarias, intentos de magnicidio y una amenaza militar que calificó como "absolutamente ilegal y totalmente inmoral".

En efecto, Gil denunció las operaciones militares de Estados Unidos que, según dijo, buscan "robarse la incalculable riqueza petrolera y gasífera de Venezuela" y agradeció a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el grupo BRICS, el Movimiento de Países No Alineados y otros organismos multilaterales que, según expresó, han manifestado su respaldo a Venezuela y rechazado las presiones extranjeras y "han respaldado la democracia venezolana".

Con un tono de confrontación a lo largo de todo su discurso, el canciller extendió su solidaridad a los principales gobiernos autoritarios del mundo. Mencionó explícitamente su apoyo a Cuba, Nicaragua, Belarús, Corea del Norte, Eritrea, Irán, Zimbabue y Palestina. Además solicitó el "fin del genocidio del régimen sionista de Israel" al tiempo que se pronunció a favor de la integridad territorial de la "pacífica" República de Irán y en apoyo al gobierno ruso en el conflicto con Ucrania.

También expresó respaldo a la política internacional del presidente de China, Xi Jinping, y reiteró la postura venezolana de acompañar a Argentina en su reclamo sobre las Islas Malvinas y "en su lucha por no convertir Argentina en una base militar extranjera que amenace la paz del continente". En relación con Puerto Rico, el diplomático manifestó que su país mantiene el objetivo de ver establecida una república independiente en ese territorio caribeño. La isla había entrado en conflicto con el régimen venezolano a causa de las operaciones estadounidenses.

Por otro lado, el canciller afirmó que Venezuela continuará alineada con el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, pero sostuvo que ese sistema internacional atraviesa una "decadencia peligrosa". Durante el cierre de su intervención, reiteró que Venezuela no representa una amenaza para ninguna nación y definió a su país como una "esperanza en la construcción de una nueva humanidad".




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