Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
La transformación digital y el auge de la inteligencia artificial están haciendo que las empresas recurran a estrategias como el reskilling para adaptarse a las demandas del mercado laboral actual. Esta metodología busca optimizar las capacidades de los empleados y prepararlos para enfrentar los retos de una economía tecnológica en constante cambio.
El reskilling o recapacitación se centra en formar a los empleados en competencias completamente nuevas. Este método permite que los trabajadores cambien de rol dentro de la organización o se adapten a nuevas funciones relacionadas con los objetivos estratégicos de la empresa. Además, ayuda a reducir costos de reclutamiento y fomenta la retención del talento, garantizando que las empresas aprovechen al máximo su fuerza laboral existente.
Por otro lado, se encuentran estrategias como el upskiling, conocido como perfeccionamiento, el cual se enfoca en mejorar las habilidades existentes de los empleados, permitiéndoles asumir nuevas responsabilidades dentro de sus roles actuales o avanzar hacia posiciones similares. Este enfoque aumenta la productividad, eficiencia y adaptabilidad de los trabajadores, preparándolos para los cambios tecnológicos que transforman sus áreas de especialización.
Aunque estas estrategias tienen objetivos diferentes, ambas buscan garantizar que las organizaciones puedan responder a los desafíos de un mercado laboral en rápida evolución. Mientras el upskilling mejora las habilidades actuales de los empleados, el reskilling los equipa para afrontar nuevos roles y responsabilidades, promoviendo así la adaptabilidad laboral y la innovación.
Para llevar a cabo estas estrategias, las empresas pueden seguir varios pasos. Identificar las brechas de habilidades mediante análisis internos, como evaluaciones FODA, encuestas o evaluaciones de desempeño, es el primer paso para determinar qué áreas necesitan refuerzo o transformación. Posteriormente, se implementan planes de capacitación incluidos métodos como cursos a distancia, mentorías, talleres presenciales y jornadas de entrenamiento. Una vez que los trabajadores adquieren las habilidades necesarias, se les asignan nuevas responsabilidades o se les traslada a puestos que aprovechen su formación.
Según la página de empleo, Indeed, invertir en el desarrollo profesional de los empleados a través del reskilling genera beneficios significativos para las empresas. Este tipo de estrategias fortalecen el ambiente laboral, aumentan la moral de los trabajadores y fomentan una mayor retención del talento, reduciendo costos asociados con la contratación de personal externo.
Además, ambas metodologías permiten a las organizaciones mantenerse competitivas en un entorno donde la Cuarta Revolución Industrial está generando una demanda creciente de habilidades tecnológicas como inteligencia de datos, aprendizaje automático, computación en la nube y desarrollo de aplicaciones. Según el Foro Económico Mundial, se estima que para 2025, al menos la mitad de la fuerza laboral global requerirá recapacitación para adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
En definitiva, estas son estrategias esenciales para que las empresas enfrenten los cambios tecnológicos y económicos que trae consigo la revolución digital. Al priorizar el desarrollo de sus empleados, las organizaciones no solo garantizan su competitividad, sino que también contribuyen al crecimiento personal y profesional de su fuerza laboral, sentando las bases para una adaptación exitosa al futuro del trabajo.