Foto: Sergio F Cara (Composición/NotiPress)
El acceso a la energía y el aumento en la demografía son dos indicadores que se alejan cada vez más: en 2022, 685 millones de personas vivieron sin electricidad, y 2 mil 100 millones siguen dependiendo actualmente de combustibles dañinos para cocinar. De esta forma, los países de todo el mundo sigue lejos de alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 7 para la energía de aquí a 2030.
Lo anterior lo asegura el informe realizado por Agencia Internacional de Energía (AIE) y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). Además de la División de Estadística de las Naciones Unidas (UNSD), el Banco Mundial y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El ODS 7 busca garantizar el acceso universal a la electricidad y a cocinas limpias, como también aumentar sustancialmente los niveles de energías renovables. La búsqueda de este objetivo se centra en mejorar el bienestar de las personas, ayudando con la protección de riesgos ambientales (como la contaminación del aire) y sociales (como la ampliación del acceso a la atención y los servicios primarios de salud).
Francesco La Camera, director general de la Agencia Internacional de Energías Renovables, afirma, "el repunte de los flujos indica una señal positiva, pero no se acerca en absoluto a la cantidad necesaria para alcanzar el ODS 7. Esto debería servir como un fuerte recordatorio de que no solo estamos corriendo contra el tiempo para alcanzar la meta, sino que también seguimos fallando a los más desatendidos del mundo".
La publicación del Seguimiento del ODS 7: Informe de progreso energético advierte, los esfuerzos actuales no son suficientes. El informe asegura, la cifra de personas sin acceso a electricidad aumentó en más de una década a medida que la población creció. En este sentido, en 2022 se registraron 685 millones de personas sin electricidad. Entre los factores que influyeron se encuentra la crisis energética mundial, la inflación, el creciente sobreendeudamiento en muchos países de bajos ingresos y el aumento de las tensiones geopolíticas.
Por su parte, Guangzhe Chen, vicepresidente de Infraestructura del Banco Mundial, asegura, "el acceso a la electricidad es esencial para el desarrollo y debemos trabajar más duro para los 685 millones de personas privadas de este recurso: 10 millones más que el año anterior. Existen soluciones para revertir esta tendencia negativa, incluida la aceleración del despliegue de minirredes solares y sistemas solares domésticos".
Aunado a lo anterio, el despliegue de soluciones energéticas descentralizadas parece ser una tendencia prometedora al basarse en energías renovables. Sobre todo, en zonas rurales donde viven 8 de cada 10 personas sin acceso a la energía.
Cabe destacar, 2.100 millones de personas siguen viviendo sin acceso a tecnologías y combustibles limpios para cocinar. Las consecuencias de estos aspectos se ven en la salud, la igualdad de género y el medio ambiente y también contribuye a 3.2 millones de muertes prematuras por año. A pesar de los esfuerzos, el informe indica que el acceso universal a la electricidad o a una cocina limpia para 2030 sigue siendo distante.
El informe se presentará a los principales tomadores de decisiones en un evento especial de lanzamiento el 15 de julio en el Foro Político de Alto Nivel (HLPF) sobre Desarrollo Sostenible, el cual supervisa el progreso en los ODS.
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