Ciudad de México,
Juan Manuel Flores
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La inmunoterapia es uno de los métodos innovadores más prometedores para tratar el cáncer. Este consiste en imitar o recurrir al sistema inmunitario del propio organismo para eliminar las células cancerosas, a través del suministro de medicamentos por vía intravenosa. Dada la composición de los fármacos, este tratamiento es sumamente invasivo y largo, pues las infusiones por goteo en las venas requieren de horas.
Inyectar estos fármacos a los pacientes con cáncer sería más sencillo y menos doloroso. Sin embargo, esto es complicado, ya que las altas concentraciones de medicamentos derivan en fórmulas demasiado viscosas para ser suministradas a pacientes por vía intravenosa.
Respecto a esto, el gremio científico vio como solución a este problema, el proceso de cristalización, pues mediante este pueden obtenerse soluciones con altas concentraciones de los fármacos sin que la solución se vuelva viscosa o densa. Mas, los intentos por cristalizar medicamentos de inmunoterapia han sido fallidos, pues la gravedad de la tierra, provoca que los cristales presenten muchas imperfecciones y una variedad de tamaños aleatoria.
Bajo la hipótesis de que en el espacio, sin la interferencia de la atracción gravitatoria, las proteínas pueden cristalizarse de manera eficiente, la startup BioOrbit se concentró en realizar estudios para llevar esto a cabo. La empresa creada por Katie King, doctora de nanomedicina por la Universidad de Cambridge, se fundó con el propósito de ampliar la comercialización y producción de medicamentos de inmunoterapia, en el espacio. Tras conseguir el financiamiento de la Agencia Espacial Europea, BioOrbit realizará pruebas en la Estación Espacial Internacional para probar que el método de cristalización de dichos medicamentos funciona.
Este tipo de investigaciones están allanando el camino sobre cómo la microgravedad puede ser utilizada en beneficio del desarrollo y producción de medicamentos. En su caso, la investigación de BioOrbit destaca de otras por su enfoque para producir en el espacio, medicamentos de inmunoterapia a escala comercial.
Sin embargo, la compañía se enfrenta a varios desafíos para poder consolidar su objetivo. Entre ellos, el tiempo y dinero que requiere llevar material a la Estación espacial Internacional. Así como la falta de regulaciones y jurisdicción en torno al desarrollo de medicamentos en el espacio. Pese a ello, King, fundadora de BioOrbit, declaró para Wired estar entusiasmada por servir de "conejillo de indias". Esto, al considerar que su investigación podría brindar aportes sobre los beneficios de la microgravedad en la farmacéutica y generar tratamientos de cáncer menos invasivos.