Las estafas con tarjetas de regalo generan miles de millones para los estafadores

 24-08-2024
Axel Olivares
   
Foto: Alan Cortés (NotiPress)

Foto: Alan Cortés (NotiPress)

El sistema regulatorio en Estados Unidos ha intentado detener a los estafadores a través de todos los medios posibles. Pero, en la actualidad, hay un medio por el cual los reguladores no se percataron hasta que fue demasiado tarde. Ubicadas en los estantes de las farmacias o los supermercados, las tarjetas de regalos son mejores que el efectivo para el ciberdelito, más portátiles e igual de anónimas.

Compañías tecnológicas como Amazon o Apple ofrecen estas tarjetas diseñadas para garantizar transacciones fáciles, pero al mismo tiempo crean un campo fértil para los estafadores. Con su alto nivel de secretismo y su falta de regulación.

Al obtener el código de barra de la tarjeta, los estafadores pueden acceder al dinero depositado por los consumidores. Tan pronto como el dinero llega a una tarjeta, los delincuentes utilizan el número de cuenta para comprar artículos en línea o en tiendas, para eso utilizan corredores o "mulas" para ingresar físicamente a las tiendas.

Más de 100 consumidores reportaron pérdidas por fraude con tarjetas de regalo a la Comisión Federal de Comercio por más de 400 mil dólares cada uno entre 2021 y 2023, según la información proporcionada por la Comisión Federal de Comercio. Por su parte, las empresas de tarjetas no tienen datos sobre la cantidad de dinero que los consumidores pierden por estafas.

Para conocer la cifra exacta, los reguladores se basan en el testimonio de las propias víctimas. Sin embargo, muchas de ellas, ya sea por vergüenza o resignación, no hacen la denuncia, sobre todo los adultos mayores, quienes temen que sus hijos o sus cuidadores los sometan a una tutela o los envíen a un asilo para ancianos.

Mientras tanto, el mercado de tarjetas de regalo aumenta vertiginosamente, convirtiendo a los estantes de las tiendas en mini vallas publicitarias. La Federación Nacional de Minoristas clasifica sistemáticamente las tarjetas de regalo como el artículo número uno que los compradores planean comprar, ya que "no quieres que haya fricción al hacer regalos", asegura Ben Jackson, director de operaciones de la Innovative Payments Association. "Quienes regalan no necesitan preocuparse por elegir el tamaño o el color correcto del guante; denle al destinatario una tarjeta y déjenlo elegir por sí mismos", agrega.

Lo que aman los delincuentes de estas tarjetas es su volatilidad. Desprovistas de regulación, las tarjetas de circuito abierto funcionan en todos los sitios donde funcionan las tarjetas de débito y crédito. A veces, hasta se pueden recargar con fondos.

Varios estados aprobaron o consideran promulgar leyes que le exijan a los minoristas que venden tarjetas de regalo colocar señales de advertencia, pero ninguno avanzó demasiado, a excepción de Nueva Jersey. Pero, se necesitan herramientas aún más efectivas tales como los límites de velocidad o el geofencing.

A pesar de las preocupaciones de las autoridades que, cuando quisieron darse cuenta, se encontraron con redes globales que operan estafas a través de las tarjetas de regalo. Los estafadores no solo utilizan a "mulas" sino que también docenas de mercados de tarjetas de regalo venden tarjetas obtenidas ilegalmente a través de la aplicación rusa Telegram o hasta en la Deep Web.

En el mundo de las estafas, las tarjetas de regalos son muchas veces más efectivas que las criptomonedas. El minorista no tiene idea de si el titular de la tarjeta es la persona que la compró, alguien a quien se la regalaron, un estafador o alguien que la compró a un estafador en Telegram o en la red oscura. A veces, los delincuentes denuncian el robo de las tarjetas y reciben un nuevo número para ocultar sus huellas. Como el minorista no sabe quién compró la tarjeta, no puede saber que es el estafador quien realiza la llamada. Hasta ahora, parece el crimen perfecto.




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