Ciudad Juárez,
Regina Rodríguez
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El 8 de abril de 2024 ocurrirá el gran eclipse mexicano, cuando el área alrededor del puerto de Mazatlán será el lugar perfecto para presenciar el evento astronómico. A lo largo de la historia, las civilizaciones antiguas se han sentido fascinadas por los eclipses, lo cual ha llevado a la creación de varios mitos y leyendas en relación con estos eventos. A continuación, algunos mitos y sus realidades sobre los eclipses.
Un mito en torno a los eclipses es la posibilidad de perder peso durante estos eventos. Sin embargo, este es solo un mito basado en una interpretación científica. Durante un eclipse, cuando el Sol y la Luna se alinean, la fuerza gravitacional que ejercen estos cuerpos celestes sobre la Tierra aumenta.
Esto causa la elevación de los océanos hacia el lado directamente alineado con el Sol y la Luna, en cambio, en el lado opuesto, los océanos quedan algo retrasados. Este fenómeno produce mareas en ambos extremos del planeta.
Según explica Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, aunque la tierra sí experimenta una notable diferencia en sus extremos, los humanos no están sujetos a estos cambios gravitacionales. "Por ello, no experimentamos alteraciones en nuestro peso de la misma manera que los océanos", agrega Fierro Gossman.
Este mito cuenta que las embarazadas deben amarrarse un listón rojo durante el eclipse para evitar deformaciones en sus bebés. Sin embargo, no existen pruebas científicas de que los bebés nazcan con deformaciones tras el paso de un eclipse.
De acuerdo con este mito, durante la fundación de Tenochtitlán, había un nopal con tunas rojas y maduras, interpretadas como los corazones de los sacrificados. Por esta razón, en la piedra fundacional se talló la imagen de un águila posada sobre un nopal, como un símbolo solar, con una línea saliendo de su boca.
Los españoles, al ver esta representación, la interpretaron como una serpiente, pero en realidad era un mensaje que decía: "Establezcanse aquí". De esta manera, en las monedas de 10 pesos mexicanas se observa de un lado el águila con la serpiente en su boca y del otro, el Sol.