Recientes debilitamientos en las capacidades militares de Irán impulsaron un cambio hacia tácticas asimétricas, entre las cuales destacan los ciberataques y el uso de redes criminales internacionales. De acuerdo con investigadores en seguridad, Teherán aún conserva medios eficaces para atacar intereses israelíes y estadounidenses, a pesar de la pérdida de infraestructura bélica.
Durante los últimos días, fuerzas israelíes destruyeron al menos dos instalaciones nucleares en Irán, desactivaron sistemas de defensa aérea y eliminaron a 14 científicos nucleares, además de varios altos cargos de la Guardia Revolucionaria. Estos ataques habrían limitado significativamente el uso de misiles, drones y aviones por parte del gobierno iraní.
En respuesta a esta situación, la República Islámica parece haber reactivado su doctrina de "disuasión hacia adelante", una estrategia basada en actuar contra amenazas antes de que estas alcancen sus fronteras. "Es nuestro deber reconocer y enfrentar las amenazas que se encuentran más allá de nuestros muros", afirmó el líder supremo Ali Jamenei en 2019.
Históricamente, Irán desarrolló vínculos con grupos militantes y criminales para operar fuera de sus fronteras. A través de la Fuerza Quds, apoyó acciones de milicias aliadas y actores no estatales contra intereses de Estados Unidos, Israel y Arabia Saudita. Este modelo se mantuvo en actividad incluso en contextos de presión militar directa.
Desde el asesinato de Ali Akbar Tabatabai en 1980 hasta intentos recientes contra figuras públicas como Masih Alinejad y John Bolton, los operativos iraníes recurrieron a redes de crimen organizado para llevar a cabo represalias extraterritoriales. En varios países europeos, estos vínculos también se utilizaron para monitorear objetivos israelíes.
La red conocida como "Eje de la Resistencia", compuesta por Hezbolá, Hamás y los hutíes, desempeña un papel destacado en la estrategia regional iraní. Aunque algunos de estos grupos perdieron capacidad tras los ataques israelíes, otros, incluidos los hutíes en Yemen, siguen realizando ofensivas como el lanzamiento de misiles hacia Israel.
En paralelo, las capacidades cibernéticas de Irán cobraron mayor protagonismo. Según la firma Radware, se detectó un aumento del 700% en actividad maliciosa tras los recientes ataques israelíes, atribuida a actores estatales iraníes y grupos de hackers aliados. Estas acciones incluyen campañas de desinformación y sabotaje digital.
Además, Irán incorporó inteligencia artificial en su arsenal cibernético. Después del ataque con drones iraníes en abril de 2024, se divulgaron imágenes manipuladas con IA que mostraban falsamente explosiones en Israel. Estas fueron difundidas por plataformas digitales con el fin de generar miedo en la población.
Si bien las fuerzas convencionales de Irán fueron debilitadas, sus capacidades en el ámbito cibernético y sus conexiones con representantes no estatales siguen activas. La estructura descentralizada de la Fuerza Quds permite mantener operaciones en diferentes regiones, aun con pérdidas en la cadena de mando.