Ciudad de México,
Axel Olivares
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)
En todo el mundo, la salud de las personas en el ámbito laboral se está volviendo un tema relevante. Sobre todo porque las afecciones no solo pueden ser perjudiciales para la vida de los trabajadores sino también para la economía de la empresa. Por lo tanto, el World Economic Forum (WEF) asegura que invertir en el bienestar de los empleados ofrece a las organizaciones una importante oportunidad estratégica y económica, pero también una ventaja en materia de salud pública.
La organización asegura que, a medida que las enfermedades crónicas son más frecuentes, se hace cada vez más necesario un enfoque multifacético basado en la colaboración entre el sector público y el privado. Para eso, la WEF ofrece cinco cambios de mentalidad para impulsar un cambio significativo en la salud y el bienestar en el lugar de trabajo.
Una fuerza laboral saludable es clave para mejorar la productividad y la resiliencia. Dado que los empleados pasan hasta la mitad de su tiempo en el trabajo, los empleadores tienen la oportunidad de influir en su bienestar y el de sus comunidades.
De acuerdo con el WEF, invertir en programas que promuevan el control del peso y la salud cardiometabólica no solo mejora la productividad, sino que también reduce los costos médicos y aumenta el compromiso de los empleados. Además, estas intervenciones ayudan a las empresas a atraer y retener talento, fortaleciendo su ventaja competitiva y reputación.
Las organizaciones que priorizan el bienestar de sus empleados integran la salud en todos los aspectos del entorno laboral, desde actividades educativas hasta el diseño del lugar de trabajo. Implementar prácticas que fomenten estilos de vida activos, buena nutrición y políticas que reduzcan el estrés contribuye a mejorar la productividad y el compromiso de los empleados.
Más de 200 problemas de salud están vinculados a la obesidad, como cáncer, enfermedades cardiovasculares y diabetes, lo que la convierte en una crisis de salud pública de gran magnitud. Con aproximadamente mil millones de personas afectadas, ningún país está logrando los objetivos de reducción de sobrepeso y obesidad, y la pandemia de Covid-19 demostró el riesgo elevado que tienen las personas con obesidad.
Para enfrentar esta crisis, el WEF sugiere un enfoque empático y sin estigmas. Las empresas que priorizan la salud de sus empleados no solo mejoran su resiliencia frente a crisis, sino que también contribuyen al crecimiento económico y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, fortaleciendo su impacto social y económico.
Los empleadores no pueden abordar solos problemas como la obesidad, se requieren alianzas estratégicas entre el sector público y privado para implementar intervenciones efectivas y fortalecer la capacidad de prevención y tratamiento. De esta forma, se pueden crear entornos laborales donde las opciones saludables sean la norma contribuyendo a la mejora del bienestar de los empleados.
A partir de la cooperación entre instituciones públicas, privadas y la sociedad civil se puede aumentar la capacidad colectiva para abordar la salud de manera integral. Un esfuerzo coordinado entre sistemas de salud, industria y otros actores es esencial para gestionar la carga de la obesidad de forma eficiente.
Varias organizaciones deben colaborar abiertamente y compartir mejores prácticas para generar evidencia sobre intervenciones efectivas en el lugar de trabajo. La cooperación entre empresas, academia y sector público es esencial para fortalecer la investigación y evaluar el impacto de estas intervenciones en la salud de los empleados. Un enfoque centrado en las necesidades específicas de la fuerza laboral, incluidas las más marginadas, es clave para diseñar programas de bienestar exitosos.
Según Maria Dee, de Kaiser Permanente, los programas tienen éxito cuando son dirigidos por los propios empleados. Compartir resultados y aprender de los fracasos ayudará a acelerar la adopción de intervenciones innovadoras en el ámbito laboral.