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Millones de personas en Estados Unidos enfrentan diariamente las consecuencias de la artritis de rodilla, una enfermedad que puede afectar la movilidad y calidad de vida. Esta afección genera dolor, rigidez y una disminución progresiva en el nivel de actividad, lo cual puede derivar, eventualmente, en una cirugía de reemplazo de rodilla. No obstante, de acuerdo con Mayo Clinic, dicho procedimiento debe reservarse como última alternativa terapéutica.
Antes de considerar la intervención quirúrgica, Mayo Clinic propone cinco opciones de tratamiento mínimamente invasivas que pueden implementarse bajo la supervisión de un especialista. Estas alternativas buscan aliviar los síntomas y mejorar la funcionalidad de la articulación sin recurrir a una operación.
La primera recomendación es la fisioterapia. Esta técnica puede fortalecer los músculos que rodean la rodilla, lo cual contribuye a disminuir el dolor. Según la institución, los fisioterapeutas emplean diversas estrategias como el uso de hielo, calor o neuroestimulación eléctrica. También se afirma que "trabajar con un fisioterapeuta colegiado puede ser mucho más efectivo que hacerlo por su cuenta".
En segundo lugar se encuentran los medicamentos. Los antiinflamatorios no esteroideos (AINE), disponibles sin receta médica, "pueden reducir eficazmente el dolor, la inflamación y la rigidez" relacionados con la artritis de rodilla. Asimismo, ciertos suplementos como el sulfato de glucosamina y el ácido hialurónico demostraron ser eficaces para reducir los síntomas.
Una tercera opción consiste en aplicar inyecciones directamente en la articulación. Este tipo de tratamiento comienza generalmente con corticosteroides, los cuales pueden ofrecer un alivio considerable. Los especialistas de Mayo Clinic explican que "una inyección de corticosteroides puede reducir drásticamente la inflamación, el dolor y la hinchazón". En caso de que no se obtenga el efecto deseado, pueden considerarse inyecciones de ácido hialurónico para mejorar la lubricación y reducir el malestar.
Otra alternativa es la cirugía artroscópica, la cual se realiza mediante pequeñas incisiones utilizando una cámara. Esta técnica se emplea para reparar lesiones internas como desgarros de cartílago o menisco. De acuerdo con la entidad, "este tipo de cirugía podría retrasar o eliminar la necesidad de una artroplastia de rodilla", especialmente en personas que presentan síntomas agudos como enganches o bloqueos.
La quinta opción es la osteotomía, un procedimiento quirúrgico en el que se modifica el ángulo de la pierna para redistribuir el peso y reducir la presión sobre la parte afectada de la rodilla. Esta intervención suele recomendarse a pacientes jóvenes con daño localizado. No obstante, la organización advierte que "la osteotomía podría dificultar que los pacientes se sometan a una cirugía de reemplazo de rodilla exitosa posteriormente.
Finalmente, la institución médica remarca que cualquier decisión sobre el tratamiento debe tomarse de manera conjunta entre paciente y cirujano. "Decidir cuál es la mejor opción de tratamiento es un proceso que usted y su cirujano deben determinar conjuntamente", concluyen los doctores de Mayo Clinic.
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