Ciudad de México,
Fernanda Toscana
Crédito foto: Karolina Grabowska en Pexels
El hígado graso o enfermedad hepática grasa no alcohólica es una de las enfermedades hepáticas más comunes mundialmente y la principal en los países occidentales, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). Estadísticas muestran que en comparación con décadas pasadas, la prevalencia del hígado graso no alcohólico se incrementó de 2.8% a 46% y está principalmente asociada a la epidemia de obesidad y diabetes.
Cabe señalar, la enfermedad hepática surge de numerosos factores genéticos, ambientales y de comportamiento, en la cual se acumula una excesiva grasa en el hígado en forma de triglicéridos. Asimismo, el hígado graso no alcohólico tiene una estrecha asociación con factores de riesgo metabólicos, los cuales influyen en su evolución, tratamiento y pronóstico.
Rashid Khan, médico gastroenterólogo del Hospital Houston Methodist explicó para NotiPress: "La causa exacta del hígado graso no alcohólico es difícil de determinar y conocer su riesgo es vital. La afección puede diagnosticarse en todas las edades, especialmente en personas de 40 y 50 años que también tienen un alto riesgo de enfermedad cardíaca, debido a la presencia de factores de riesgo como la obesidad y la diabetes".
Khan comenta, los primeros signos de alerta para evitar complicaciones futuras que degeneren en una enfermedad mayor son: aumento de la masa abdominal, fatiga y alta presión sanguínea. Del mismo modo, poca capacidad para utilizar la hormona de la insulina, niveles altos de triglicéridos en la sangre e hígado agrandado, son algunas de las anomalías relacionadas con este síndrome metabólico.
Las consecuencias de una tardía atención de esta enfermedad puede desencadenar diversas complicaciones, según señala el doctor Khan. El hígado graso no alcohólico puede transformarse en cirrosis hepática; cicatrización irreversible del hígado, la cual con el tiempo puede provocar una disfunción hepática grave. El gastroenterólogo destaca, las enfermedades cardíacas comúnmente van de la mano con el hígado graso y este, también está relacionado con la enfermedad renal crónica.
Estudios indican, cáncer hepático puede presentarse en personas con hígado graso no alcohólico, incluso sin padecer cirrosis e investigaciones demuestran, las personas con diabetes pueden eventualmente desarrollar hígado graso no alcohólico. Para reducir los riesgos de padecer esta afección, el médico gastroenterólogo recomienda aumentar el consumo de alimentos saludables y una dieta equilibrada, así como hacer ejercicio con regularidad y mantener un peso sano con base a las necesidades de cada persona. No obstante, la reducción de tallas y disminución del índice de grasa corporal se asocia con una mejoría de la enfermedad hepática.