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El rápido desarrollo de la vacuna contra la Covid-19, causante de más de un millón 700 mil muertes en el mundo hasta el momento, dejará conocimientos importantes capaces de revolucionar las próximas vacunas contra enfermedades conocidas o por conocer. La nueva vacuna se caracteriza por no inyectar proteínas del virus a atacar, como se venía haciendo, sino por enviar un ARN mensajero con información del SARS-CoV-2 dentro de las células del cuerpo y así activar anticuerpos. Además, según expertos, las vacunas podrían ser creadas con alta efectividad y en corto tiempo gracias a las grandes sumas de dinero aportadas a la investigación y producción.
Anteriormente, el desarrollo más rápido de una vacuna, desde la toma de muestra del virus hasta su aprobación, fue en 1960 contra las paperas y duró cuatro años. Ahora, desde el anuncio oficial de la pandemia en marzo de 2020 hasta el 2 de diciembre del mismo año se logró aprobar la primera vacuna contra la Covid-19 perteneciente a Pfizer en colaboración con BioNTech. A pesar de existir otras enfermedades necesitadas de una vacuna como la malaria, tuberculosis y neumonía, ninguna de estas ha representado una emergencia global como la causada por el virus SARS-CoV-2. Ello ameritó grandes aportaciones económicas para su estudio e investigación y así lograr una pronta inmunización.
Según Dan Barouch, director del Centro de Investigación de Virología y Vacunas en la Escuela de Medicina de Harvard de Boston, Massachusetts, la experiencia de la Covid-19 cambiará casi certeramente el futuro de la ciencia aplicada en las vacunas. "Esto muestra que tan rápido puede ser el desarrollo de las vacunas cuando existe una verdadera emergencia mundial y suficientes recursos", agregó. Por su parte, la inmunóloga Akiko Iwasaki comentó, las principales investigaciones realizadas en torno al uso del ADN en las vacunas comenzaron hace 25 años y hace casi 15 años comenzaron los estudios del uso de RNA en vacunas, principal método para el desarrollo de la nueva inmunización contra el coronavirus.
La eficacia de la nueva vacuna se debe al uso del ARNm. El ARNm codifica una proteína clave del virus SARS-CoV-2 y una vez dentro de las células, el cuerpo produce dicha proteína; así, se activa la respuesta del sistema inmune y se desarrolla inmunidad al virus. Además, el ARN "simplifica la manufactura de la vacuna por mucho", señala Rino Rappuoli, científico de la división de vacunas de GlaxoSmithKline en Siena, Italia.
Iwasaki señala, los investigadores de la nueva vacuna fueron afortunados con el SARS-CoV-2 debido a su baja tasa de mutación y a su poca capacidad para frustrar el sistema inmune de los humanos. La revolución en los avances científicos dejaron bases sólidas respecto a una nueva forma de desarrollar vacunas en el futuro, sin embargo, será siempre necesario el apoyo económico e interés global para lograrlo.
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