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El diseño urbano regenerativo está emergiendo como una estrategia clave para restaurar ecosistemas, fortalecer comunidades y mejorar la biodiversidad. A diferencia de la sostenibilidad convencional, este enfoque busca generar un impacto positivo en el medio ambiente y la sociedad, en lugar de limitarse a mitigar daños. En ciudades como Calgary, Canadá, algunos proyectos demostraron cómo este modelo puede transformar espacios urbanos en centros dinámicos y resilientes.
Calgary cuenta con el Distrito Universitario como un ejemplo destacado de urbanismo regenerativo. La planificación de esta comunidad mixta y transitable revirtió tendencias de expansión suburbana y generó condiciones favorables para el transporte público y los servicios culturales. Este desarrollo obtuvo la certificación LEED-ND Platino, un reconocimiento a su impacto ambiental positivo.
Otro proyecto relevante en la ciudad fue la rehabilitación de la torre MacKimmie, ubicada en la Universidad de Calgary. Este edificio de la década de 1970 permaneció vacío por más de diez años antes de ser renovado bajo principios regenerativos. La conservación de su estructura evitó que 8.500 toneladas de carbono llegaran a un vertedero, mientras que su innovadora doble fachada transpirable optimiza la calefacción, la ventilación y la refrigeración natural. El proyecto revitalizó el campus, convirtiendo un espacio infrautilizado en un punto de encuentro social y educativo.
A poca distancia de la universidad se encuentra el Centro Oncológico Integral Arthur JE Child, una de las instalaciones médicas más grandes de América del Norte. Su diseño incorpora un patio central accesible durante todo el año, proporcionando un entorno terapéutico al aire libre. Además, las habitaciones de los pacientes fueron orientadas para ofrecer vistas del centro de Calgary o de las montañas cercanas, mejorando su bienestar durante el tratamiento. Construido sobre un antiguo estacionamiento, el proyecto integra especies autóctonas y fomenta el transporte activo y multimodal.
Principios del diseño urbano regenerativo
El Consejo de Edificación Ecológica de Estados Unidos identificó cinco principios esenciales para la construcción regenerativa: centrarse en los ecosistemas, fomentar el bienestar social, promover la prosperidad, garantizar la circularidad y facilitar el desmontaje. Empresas como Arup, Holcim y DIALOG implementaron enfoques similares en proyectos urbanos innovadores.
Para lograr ciudades verdaderamente regenerativas, se considera clave evitar los errores del pasado, cuando la sostenibilidad fue promovida como un enfoque integral pero terminó relegada a soluciones tecnológicas aisladas. El impacto de un solo edificio no es suficiente; es fundamental que los proyectos actúen como catalizadores de transformaciones urbanas a mayor escala.
El diseño regenerativo también implica planificación de resiliencia, asegurando que los sistemas urbanos sean capaces de adaptarse a cambios y contingencias. Además, la integración de servicios ecosistémicos permite restaurar y aprovechar procesos naturales, aumentando la seguridad alimentaria y la disponibilidad de agua en las ciudades.
Construyendo un futuro urbano regenerativo
Históricamente, figuras como John Snow y Patrick Geddes demostraron cómo el entorno urbano influye en la salud pública y la calidad de vida. En el siglo XXI, los desafíos urbanos requieren un enfoque similar, donde el diseño regenerativo no solo transforme espacios físicos, sino que también aborde problemáticas sociales y económicas.
La colaboración con comunidades es un aspecto esencial de este enfoque. La diversidad de voces y necesidades enriquece las estrategias de planificación, permitiendo que las soluciones sean más inclusivas y efectivas. "La colaboración y el diálogo que involucra a las personas desde el principio dan como resultado diseños mejores y más implementables", señala el informe del World Economic Forum.
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