Cómo identificar a víctimas de 'love bombing', nueva tendencia de manipulación

 14-02-2022
Julia Alós
   
Foto: Pixabay

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Aun cuando los grandes gestos románticos al inicio de las relaciones afectivas pueden parecer dulces o enternecedores, es importante considerar que acciones excesivas de este tipo podrían ser señales de love bombing. Chitra Raghavan, profesora de psicología del Colegio John Jay de Justicia Penal, explicó en entrevista para The NewYork Times que estos comportamientos pueden desembocar en dinámicas manipulativas, controladoras y tóxicas.

Love bombing se refiere al bombardeo de cumplidos, halagos, muestras de atención y afecto desmedido que tienen como objetivo hacer sentir a la pareja amor incondicional sin haber hecho esfuerzo alguno. Esta serie de comportamientos crea el contexto ideal para hacer del "manipulador" la pareja aparentemente perfecta, abrumando a la "víctima" para enceguecer su capacidad de juicio y discernimiento.

Con el tiempo, este amor excesivo genera dependencia emocional en la víctima, en quien se premian ciertas actitudes y dinámicas con cariño y afecto. Esto le induce a querer pasar más tiempo en la relación, al tener asociaciones extremadamente positivas con quien le manipula. A la larga, estos tratos desembocan en la desconexión y aislamiento de seres queridos y actividades importantes en la vida de la víctima. En consecuencia, si la víctima percibiera un deterioro en la relación, le sería más difícil irse gracias a la falta de apoyo de parte de amigos o familia.

Esto cobra especial relevancia cuando la persona que manipula entra a la segunda fase del love bombing. Según Nahum Montagud, psicólogo por la Universidad de Barcelona, una vez se instalan las conductas de regalos, amor y cumplidos desmedidos, lo prosiguiente son los castigos y desaprobación. Aquí, el manipulador limita conductas amorosas, induciendo culpa y reprimendas en la víctima si realiza acciones que no le parezcan, premiándole con recompensas afectivas si desiste de ejecutar dichos comportamientos "negativos".

De esta manera, quien manipula ejerce un control en la víctima motivado por carencias afectivas implantadas en la primera fase del love bombing. Se pensaría que una vez terminarán los gestos románticos, quien los recibe dejaría de dedicarle su tiempo y atención al manipulador. Contrariamente, esto inclina a la víctima a hacer más para obtener los mismos niveles de afecto que solían no requerir esfuerzo alguno al inicio.

El artículo publicado por Montagud explica que esta técnica de manipulación tiene una última fase, el agotamiento y descarte, la cual es vital para las víctimas, quienes tienen la posibilidad de salir de la relación o engancharse nuevamente con el cariño y chantaje del manipulador. En este punto es difícil para las personas irse, pues quien manipula se vuelve el mundo entero de las víctimas.

Aún cuando es poco estudiado, el love bombing se mantiene presente en la cultura gracias a que el amor romántico y los grandes gestos de afecto abundan en libros, series y películas. Esto deriva en la normalización de dichas conductas, previniendo que estos tratos puedan percibirse como potencialmente peligrosos o fuera de lugar.




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