Ciudad de México,
Martín Olivera
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Reunirse en torno a una fogata es una costumbre extendida que muchas familias disfrutan durante campamentos o reuniones al aire libre. No obstante, especialistas en atención pediátrica señalan que este tipo de actividades pueden representar riesgos serios, especialmente para los menores. De acuerdo con la Dra. Denise Klinkner, directora del centro de traumatología pediátrica de Mayo Clinic en Minnesota, estas reuniones deben contemplar protocolos claros de prevención.
"Es casi como parte del ritual de la vida", señaló Klinkner sobre el hábito de reunirse alrededor del fuego. "Pero hay que tomarlo en serio para mantener un entorno seguro y divertido". La especialista enfatizó que los adultos deben mantenerse vigilantes durante toda la actividad, tanto del fuego como de la ubicación de los menores.
En menores de edad, las quemaduras más frecuentes se presentan en las manos, y en muchos casos alcanzan segundo o incluso tercer grado. Según los expertos, esto se relaciona con la curiosidad propia de la infancia y la limitada coordinación motriz, factores que incrementan la probabilidad de contacto accidental con llamas u objetos calientes.
Dentro de los riesgos identificados figuran herramientas metálicas como pinchos o tenedores calientes, capaces de causar lesiones si se manipulan sin supervisión. Además, la grasa de los alimentos puede gotear y alimentar el fuego, intensificando las llamas de forma repentina. También se advierte sobre el uso de líquidos inflamables, que pueden provocar explosiones o empeorar las lesiones en caso de contacto con la piel.
Sobre el uso de fogatas a gas propano, la Dra. Klinkner destacó que, aunque prácticas, pueden explotar si no se manejan de forma correcta. Por ello, recomienda establecer un perímetro de seguridad alrededor del fuego, el cual los menores comprendan y respeten.
Entre las medidas preventivas que propone se encuentran asignar a un adulto para vigilar de forma continua, evitar completamente el uso de acelerantes como gasolina o líquidos para encendedor y enseñar reglas básicas de seguridad a los menores. En caso de emergencia, recomienda tener agua o mantas disponibles para extinguir las llamas de inmediato.
Respecto al apagado, la especialista recuerda que el fuego debe extinguirse completamente antes de dormir o abandonar el lugar. Además, reiteró la importancia de enseñar a los menores la técnica "detenerse, tirarse al suelo y rodar", en caso de que la ropa se incendie.
En situaciones de quemaduras leves, Klinkner sugirió aplicar un paño húmedo y frío sobre la lesión hasta que el dolor disminuya. No se recomienda usar agua fría, ya que puede reducir rápidamente la temperatura corporal del menor. Posteriormente, se debe cubrir la zona con un apósito limpio y suelto para evitar contacto directo con el aire. Si la quemadura es extensa o profunda, es fundamental acudir de inmediato a un centro médico.