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Según la Asociación Estadounidense de Psicología, hasta el 87 por ciento de los estudiantes universitarios de Estados Unidos citan la educación como su principal fuente de estrés. Sin embargo, este estrés no afecta de la misma forma a todos los universitarios y algunos grupos se ven más afectados que otros, señala un comunicado de la Universidad Rutgers.
A través de un estudio, publicado en la revista Frontiers in Psychology, los investigadores encontraron, en todos los estudiantes, una correlación significativa entre el estrés académico percibido y una salud mental deficiente. No obstante, esta correlación fue más fuerte en personas no binarias, mujeres y alumnos cursando su segundo año de un programa de cuatro años.
- Personas no binarias
Respecto al caso de este grupo de estudiantes, el comunicado de la universidad resalta, este hallazgo respalda estudios anteriores donde se muestra que este grupo enfrenta resultados de salud mental más adversos en comparación con hombres y mujeres adultos. En este sentido, entre los estudiantes universitarios, las personas no binarias reportaron los niveles de estrés más alto y el peor bienestar psicológico.
- Estudiantes mujeres
La actual evidencia científica presenta diversos posicionamientos en la definición de los niveles de estrés en función del género y su influencia en el rendimiento académico. Seguido de las personas no binarias, las estudiantes fueron el segundo grupo con mayor estrés. Ambos grupos reportaron igualmente un mayor estrés asociado con la pandemia de Covid-19, respecto con alumnos hombres.
- Estudiantes de segundo grado
Por otro lado, los estudiantes de segundo año reportaron mayores niveles de estrés académico y peor bienestar mental, en comparación con estudiantes de otros años académicos. En contraste, los alumnos de primer año reportaron niveles menores de estrés académico y estrés asociado con la pandemia, señala el estudio.
De acuerdo con los investigadores, dicha diferencia entre los niveles de estrés según el año académico puede deberse a que los estudiantes de segundo año comienzan a tomar cursos más avanzados. También por cargas más pesadas de tareas y porque comienzan a explorar diferentes especializaciones, aunado a otros factores como más estudios y redes de apoyo emocional menos establecidas, comparado con estudiantes mayores.
Vale la pena destacar que la salud mental de los estudiantes universitarios ha empeorado con el paso del tiempo, reporta un estudio realizado en Estados Unidos. Según un comunicado de la Universidad de Boston, el estudio midió un aumento general del 135% en la depresión y un 110% en la ansiedad, entre 2013 y 2021. Además, el número de estudiantes quienes cumplieron con los criterios para uno o más problemas de salud mental en 2021 se duplicó desde 2013, resalta el comunicado.
Respecto a las causas del estrés académico, la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill enlista el aumento de responsabilidades y la falta de una buena gestión del tiempo. Igualmente los cambios en los hábitos de alimentación y sueño, así como la falta de descanso suficiente para el cuidado personal. Entre sus recomendaciones incluyen administrar mejor el tiempo, participar en actividades de ocio y ejercer el autocuidado y la autocompasión. También probar técnicas de relajación y acudir a servicios de consejería y psicología si el estudiante se siente incapaz de manejar el estrés efectivamente.
Durante el período universitario, el estrés académico puede ser un factor para una salud mental deficiente y se recomienda que las instituciones educativas atiendan esta situación entre sus estudiantes. Adicionalmente, investigaciones apuntan a un impacto desigual del estrés entre los distintas demografías de una escuela, por lo cual es necesario poner a disposición recursos de salud mental personalizados para los grupos más vulnerables.
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