Foto: Pixabay
La pérdida de un ser querido es un momento difícil para cualquier persona, los niños, en especial, tienen su primer acercamiento con la muerte de una mascota. Esto, según demuestran investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH, por sus siglas en inglés) en un reciente estudio, provoca posibles trastornos psicológicos a temprana edad.
El estudio publicado en la revista European Child & Adolescent Psychiatry resulta de ver la contraparte de los beneficios emocionales y psicológicos de tener una mascota. Diversos son los estudios que han demostrado el aumento de empatía, autoestima y competencia social, entre otros efectos que pueden resumirse en mayor experiencia emocional y social para niños pequeños mientras crecen.
"Una de las primeras pérdidas importantes que enfrentará un niño probablemente sea la muerte de una mascota, y el impacto puede ser traumático, especialmente cuando esa mascota se siente como un miembro de la familia", declaró a medios Katherine Crawford, anteriormente en el Centro de Medicina Genómica en MGH y autor principal del estudio, "descubrimos que esta experiencia de muerte de mascotas a menudo se asocia con síntomas elevados de salud mental en los niños, y que los padres y los médicos deben reconocer y tomar esos síntomas en serio, no simplemente ignorarlos".
Para analizar las consecuencias en salud mental, el equipo utilizó el Estudio Longitudinal de Avon de Padres e Hijos (ALSPAC) con muestras de 6 mil 260 niños residentes de Bristol, Inglaterra, pues le permitía observar las respuestas emocionales a largo plazo. Se dividió a los infantes de hasta 8 años en tres grupos "nunca amó", "amó sin pérdida" y "amó y perdió", haciendo referencia al título del estudio y de la conocida frase "es mejor haber amado y perdido, que nunca haber amado".
Como resultados, se halló los síntomas de psicopatología fueron mayores entre los niños que sufrieron la perdida de su mascota, sin importar la edad, número o cercanía entre perdidas; cabe resaltar los efectos fueron más pronunciados entre varones.
Así, al identificar la importante marca que puede dejar la pérdida de una mascota en una edad temprana a los niños, los adultos responsables de estos pueden poner particular atención ante un sentimiento de tristeza cuya duración es más de lo pensado o cualquier otro síntoma a corto o largo plazo que necesite de tratamiento; como afirmó Crawford, "pueden ser signos de un duelo complicado y tener a alguien con quien hablar de manera compasiva o terapéutica puede ser de gran ayuda para un niño que está en duelo".
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