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De acuerdo a un estudio, se calcula que el Protocolo de Montreal, iniciativa internacional para preservar la capa de ozono, podría prevenir 443 millones de casos de cáncer de piel y 63 millones de casos de cataratas en Estados Unidos. La investigación fue elaborada por científicos del Centro Nacional de Investigación Atmosférica (NCAR), ICF Consulting y la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA).
Bajo este contexto, el tratado ha prevenido el 99 por ciento de potenciales impactos a la salud por la destrucción de la ozonosfera. Con el más reciente cambio del Protocolo, se evitan aproximadamente 2.3 millones de muertes por cáncer de piel en el país americano.
Por medio de una simulación de computadora, se analizó el impacto del tratado en una proyección de estadounidenses nacidos entre 1890 y 2100. El modelo mostró los efectos del Protocolo de Montreal en la capa de ozono, los cuales representan una reducción de radiación ultravioleta (UV) que resulta beneficiosa para la salud.
También se mostró un incremento en cáncer de piel y cataratas que iniciaron con el agotamiento de la capa de ozono. El punto máximo se encontró en la población que nació entre 1950 y 2000 al haber estado expuesta a los niveles más altos de radiación.
La ozonosfera protege la vida dentro del planeta al servir como escudo contra la radiación UV del Sol en niveles dañinos. En 1987 se firmó el Protocolo de Montreal, el cual condenó el uso de químicos que agotan la capa de ozono y por consecuencia atentan contra la salud.
En la década de 1970 se empezó a vociferar la amenaza que la capa de ozono sufría por los clorofluorocarburos, los cuales era empleados en refrigerantes y otros utensilios. Estos componentes liberaban átomos de cloro en la ozonosfera y a su vez activaban una reacción química que destruía el ozono.
A lo largo de los años, el tratado ha sido modificado con la finalidad de proteger en mayor medida la capa de ozono. Por esta razón, se han prohibido o disminuido el uso de diversos químicos, tales como el halón y los hidroclorofluorocarbonos.
Para cuantificar la importancia del tratado, un grupo de científicos elaboraron un modelo conocido como Marco de Efectos Atmosféricos y de Salud. Este muestra emisiones pasadas y futuras de substancias que destruyen la capa de ozono y es actualizado cada año por EPA.
Conforme al estudio, la pérdida de la capa de ozono sería catastrófica para la salud de los seres humanos. Los altos niveles de radiación UV han sido relaciones con ciertos tipos de cáncer, cataratas y enfermedades inmunológicas. Por estas razones, resulta crucial reunir esfuerzos para preservar su conservación.
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