¿Pueden los conflictos bélicos globales afectar la salud mental?

 05-03-2022
Julia Alós
   
Foto: Nik Shuliahin vía Unsplash

Foto: Nik Shuliahin vía Unsplash

Con el surgimiento del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania el 24 de febrero de 2022, ciertos sectores poblacionales han sido expuestos a información bélica. Estar enterado respecto a este evento puede ayudar a generar consciencia social y desarrollar iniciativas para ayudar a los más afectados. Sin embargo, recurrir demasiado a esta clase de noticias podría resultar perjudicial para la salud mental de la gente.

Buena parte de las consecuencias que tienen los enfrentamientos armados sobre las naciones afectadas, son altamente nocivas para la salud física, emocional y mental de las personas. Según una publicación de la Revista del Instituto Nacional de Salud, la violencia extrema contra los más pequeños es una constante en las guerras.

Los infantes suelen ser víctimas de reclutamientos forzados, explotación sexual, abuso y agresiones que comprometen procesos comunitarios, sociales, productivos, cognitivos, emocionales y conductuales. De acuerdo con un estudio de Mauricio Sánchez Menchero, investigador de la Universidad Complutense de Madrid, experimentar un conflicto bélico causa afectaciones en el sistema nervioso de la gente implicada.

Esto último se puede reflejar en malestares físicos y psicológicos que limitan el bienestar psicosocial y la seguridad de las personas. No obstante, estas afecciones no solo dañan a la niñez, también forman parte de los padecimientos enfrentados por la población en general.

Pese a que las mayores consecuencias de los conflictos bélicos son padecidas por los individuos más próximos a los enfrentamientos, estos sucesos también pueden perjudicar a las audiencias. Los medios de comunicación masiva transmiten, recurrentemente, el impacto de los desastres sociales a niveles desmedidos, lo cual es capaz de generar traumas colectivos en la población.

Un artículo de Roxane Cohen Silver, investigadora de la Universidad de California, explora cómo la exposición repetitiva a imágenes traumáticas puede desembocar en efectos negativos a largo plazo. Esto aflige la salud mental y psicológica de las personas, ya que estas respuestas de estrés desencadenan procesos fisiológicos asociados con bajos niveles de bienestar anímico.

Varios datos del trabajo citado revelan cómo los altos grados de ansiedad se presentan más en individuos con mayor visualización de contenido informático violento. Inclusive, lo anterior llega a generar una suerte de estrés postraumático en algunas de las personas afectadas por este tipo de imágenes.

Aunque es importante permanecer informado de los eventos ocurridos a nivel mundial, es necesario tener presente que la cobertura mediática de estos sucesos puede ser dañina para la salud mental. Esto es especialmente relevante cuando se trata de acontecimientos violentos o de índole bélica, por lo que se aconseja implementar la discreción en la visualización de este tipo de contenido.




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