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Ante la propuesta de reforestación de un billón de árboles planteada en el Foro Económico Mundial realizado en Davos, algunos científicos y especialistas consideran no sería tan benéfico para prevenir y contrarrestar el cambio climático, además de alentar un enfoque erróneo para la población.
Los planes de reforestación han sido una de las grandes tendencias contra el cambio climático, miles de personas en el mundo entero realizan campañas de reforestación y siembra en lugares arrasados por la sequía o la tala ilegal de árboles.
Esta tendencia aumentó exponencialmente luego de la publicación en julio de 2019 de un estudio en la revista Science, el cual afirma que plantar 0.9 mil millones de hectáreas de bosque, poco más de un billón de árboles, tienen el potencial de almacenar aproximadamente el 25 por ciento de la reserva de carbono atmosférico actual.
Fue en el Foro Económico Mundial que este estudio se convirtió en una promesa para recuperar la biodiversidad y ayudar a combatir el cambio climático. Incluso el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, mostró apoyo a la iniciativa en función de demostrar "un liderazgo fuerte en la restauración, el crecimiento y la mejor gestión de nuestros árboles y nuestros bosques".
Sin embargo, 49 científicos de diversas instituciones alrededor del mundo realizaron una crítica al estudio proclamando en contra de esta idea debido a dos principales razones: la reforestación irresponsable, que podría causar más daño al ambiente, y simplificar el cambio climático a sólo un problema.
La reforestación por sí misma no es mala, pero al realizar campañas deben tenerse en cuenta factores específicos como las especies endémicas del área y la diversidad existente de estas especies.
Si se plantan especies diferentes al clima de la zona, habrá consecuencias peores para el área, como afectar a los animales en su dieta o permitir la absorción de más rayos ultravioleta al reforestar en áreas nevadas cuyo trabajo es reflejar la luz solar.
También existen casos de negligencia como sucedió en Cuautla, Morelos. Las personas que reforestaron no cuidaron los árboles plantados con riesgos constantes debido a la inseguridad de la zona, por ejemplo, el impacto del ganado y el tránsito, y en menos de seis meses la mayoría murieron.
El aspecto social expuesto en la crítica al estudio demuestra que la reforestación no es la única acción por realizar. Los autores explican que, de aportar el dinero a la población nativa dedicada a cuidar los bosques y selvas, el impacto sería mayor y con un mensaje diferente.
Debe tenerse en consideración, la cantidad de CO2 que es liberada al planeta directa o indirectamente por acción humana es alarmante, pues sólo cinco países -China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón- representan alrededor del 60 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono a nivel global. Si no aplican mayores regulaciones a las actividades humanas y empresas que contaminan el aire, entonces limpiar el 25 por ciento del carbono es inútil, haciendo de las campañas de reforestación una actividad que pone en peligro al ecosistema natural.
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