Ciudad de México,
Patricia Manero
Crédito foto: Sergio F Cara (NotiPress)
Un reciente estudio de la Universidad de Rutgers, publicado en la revista Appetite, revela que la mayoría de los estadounidenses no considera la sostenibilidad ambiental como un factor relevante al decidir sobre el consumo de carne. El estudio, que incluyó a más de 1,200 adultos en una muestra nacional, muestra que las principales razones para reducir el consumo de carne roja son la salud y el costo, dejando la sostenibilidad en un lugar secundario.
La investigación encontró que el 78% de los participantes consume carne roja entre una y cuatro veces por semana, mientras que el 14% la consume cinco o más veces semanalmente. Además, aunque casi el 70% de los encuestados afirmó haber reducido su consumo de carne roja en el último año, sólo el 6% mencionó la sostenibilidad ambiental como un motivo importante. Los factores de salud (64%) y precio (32%) lideran las motivaciones para esta reducción, reflejando que, para la mayoría de los consumidores, el cuidado ambiental no es prioritario al momento de decidir.
Shauna Downs, profesora de Rutgers y autora principal del estudio, resaltó que existe una "desconexión entre la creciente evidencia sobre el impacto ambiental de la carne y lo que realmente impulsa las decisiones de los consumidores." Downs sugiere que campañas centradas solo en la sostenibilidad ambiental pueden no resultar efectivas para promover una reducción significativa en el consumo de carne en Estados Unidos.
El estudio también identificó diferencias demográficas en los hábitos y motivaciones de consumo de carne. Los participantes mayores de 65 años son más propensos a reducir el consumo de carne roja en comparación con adultos más jóvenes. Además, los encuestados afroamericanos valoraron más que otros grupos raciales factores como el precio, la salud y la sostenibilidad ambiental en sus decisiones de compra. Por otra parte, las mujeres indicaron una mayor preocupación por la sostenibilidad y la salud en comparación con los hombres.
Emily V. Merchant, profesora adjunta en Rutgers y coautora del estudio, señaló que estos resultados "pueden orientar intervenciones y campañas más efectivas para cambiar las dietas hacia una dirección más sostenible". Merchant sugiere que integrar mensajes sobre salud y asequibilidad, además del impacto ambiental, podría motivar cambios de consumo más significativos en la población estadounidense.
El informe se publica en un momento en que los expertos en cambio climático destacan la reducción del consumo de carne, especialmente de ternera y cordero, como una medida clave para mitigar el cambio climático. Sin embargo, Downs y Merchant reconocen que promover el cambio en Estados Unidos enfrenta barreras culturales y políticas, como la influencia de la industria cárnica y la resistencia a incorporar criterios de sostenibilidad en las guías alimentarias federales.
Además, los investigadores sugieren que futuras investigaciones exploren la combinación de diferentes motivadores en campañas y políticas, y también enfoques para hacer las alternativas vegetales mínimamente procesadas más atractivas y accesibles para los consumidores de carne. Downs afirmó que "pequeños cambios en la dieta pueden generar grandes beneficios ambientales" y destacó la importancia de integrar políticas que respalden estos cambios.