Foto: Myriam Zilles en Unsplash
Durante la pandemia, se incremento el uso de artículos desechables de equipo de protección personal, tales como cubrebocas, guantes y mascarillas. Este aumento ha generado que cerca del 75 por ciento de los residuos de la pandemia terminen en vertederos y mares, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS). Como consecuencia, la vida marina se ve deteriorada y los contaminantes de las aguas costeras pueden acumularse en los organismos marinos a través de la cadena alimentaria. Esto deteriora la resiliencia del ecosistema y supone un peligro para la salud humana.
Casi 11 millones de toneladas de plástico terminan en el océano cada año, de acuerdo con el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Pero si el ritmo actual de consumo de plástico continua para el 2050 habrá 12 mil millones de toneladas de plástico en el mar y vertederos. Por su parte, la pandemia derivada por la Covid-19 ha generado una importante cantidad de basura. Sólamente en un hospital de Jordania, se produjo diez veces más desechos médicos por día, con solo 95 pacientes de SARS-CoV-2. De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en Teherán, durante los primeros meses de la pandemia los desechos médicos aumentaron de 52 a 74 toneladas por día a 80 a 110 toneladas por día. En México, la generación total de residuos ha aumentado del 3.3% al 16.5% con respecto a lo generado en condiciones normales.
Pero no solamente, el uso de equipo de protección personal desechable ha aumentado, sino también el uso de plástico de un solo uso, como bolsas, envases, popotes y cubiertos. Esto ha obstaculizando los esfuerzos de reciclaje, porque las medidas de confinamiento han reducido la demanda de petróleo, empujando sus precios a mínimos históricos. Como consecuencia, el costo de producir plásticos vírgenes llega a ser menor que el de los materiales reciclados, teniendo un efecto doble negativo. Por un lado se aumenta la producción de nuevos materiales plásticos y por el otro, las instalaciones de reciclaje ya no sean económicamente viables.
En ese sentido, para reducir el impacto ambiental de la pandemia, la OMS recomienda utilizar cubrebocas de tela de tres capas, seguir las medidas de higiene y utilizar contenedores reutilizables. Por su parte, la ONU recomienda a los gobiernos ampliar su control de los desechos plásticos, estudiar sus impactos en la salud e intervenir en su gestión. Asimismo, los gobiernos deberían adoptar y aumentar la aplicación de las prohibiciones de los plásticos de un solo uso y fomentar la reducción, el reciclaje y la reutilización.
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