Ciudad de Buenos Aires,
Martín Olivera
Crédito foto: Conicet
Los científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) demostraron, mediante estudios in vitro, la capacidad del extracto de piel de maní para inhibir el virus del dengue. Este avance, realizado por especialistas del INICSA y el INBIAS, abre la posibilidad de desarrollar tratamientos antivirales naturales, sostenibles y accesibles, fundamentales en la lucha contra una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo.
El dengue, transmitido por el mosquito Aedes aegypti, es una enfermedad viral de gran relevancia para la salud pública. Se conocen cuatro serotipos del virus (DENV-1, DENV-2, DENV-3 y DENV-4) y una reinfección por un serotipo diferente puede aumentar el riesgo de dengue grave o hemorrágico. Si bien la incidencia del dengue aumentó globalmente, no se dispone aún de medicamentos antivirales eficaces que puedan ser producidos a gran escala.
La investigación se basó en el uso del tegumento del maní, un subproducto industrial abundante en la provincia de Córdoba. "Nuestro estudio busca la revalorización de ese residuo a través de obtener un antiviral contra el virus del dengue, algo que no había sido probado antes", explicó Carola Sabini, líder del proyecto e investigadora del CONICET en el INICSA. Los resultados fueron publicados en la revista científica Plants, lo que refuerza la relevancia de este hallazgo en el campo de los tratamientos naturales.
El equipo de investigación había trabajado previamente en la obtención de extractos del tegumento y de la semilla de maní, evaluando su seguridad y toxicidad en modelos in vitro e in vivo. En los ensayos de actividad antiviral contra el serotipo DENV-2, el extracto de semilla mostró escasa eficacia, mientras que el de piel de maní inactivó completamente al virus en bajas concentraciones. Según Sabini, "estos efectos se deben a diferencias en la composición de cada producto. La semilla tiene más componentes lipídicos, mientras que la piel de maní presenta polifenoles y proantocianidinas, moléculas conocidas por sus propiedades antioxidantes y antivirales".
Además, el extracto de tegumento logró inhibir al virus del dengue en distintas fases del ciclo de replicación, desde la adsorción y penetración hasta la replicación intracelular. Elio Soria, investigador del CONICET y coautor del estudio, afirmó:
"Cuando se trabaja con fitomedicina, no siempre es necesario llegar a un compuesto puro. Muchas veces, la mezcla de moléculas que conforman el extracto es más activa que los compuestos individuales. Esta estrategia también resulta más económica y viable, especialmente en países de bajos recursos".Para asegurar una mayor eficacia del extracto como posible fitofármaco, los investigadores trabajan en conjunto con especialistas en nanotecnología. "Estamos desarrollando pequeñas vesículas que estabilicen y transporten los compuestos del extracto, asegurando que lleguen a los sitios de interés en el organismo", detalló Soria. Asimismo, el equipo explora su potencial como inmunomodulador, ya que el dengue no solo causa daño por la replicación del virus, sino también por la fuerte respuesta inflamatoria del sistema inmune.
Con un enfoque sostenible, los científicos emplearon métodos de extracción amigables con el medio ambiente y materiales accesibles en Argentina. El equipo continúa evaluando diferentes aplicaciones del extracto, incluyendo su incorporación en alimentos funcionales o suplementos dietarios. Florencia Menis Candela fue la primera autora del trabajo y además es becaria del CONICET en el INBIAS.