Presidentes vs vicepresidentes, una clásica historia argentina

 14-07-2025
Martín Olivera
   
Portada | Argentina
Foto: X @VickyVillarruel

Foto: X @VickyVillarruel

La reciente disputa entre Javier Milei y Victoria Villarruel puede parecer un escándalo sin precedentes, pero lo cierto es que esta pelea forma parte de un largo telar que la historia argentina sigue tejiendo. Desde el retorno democrático en 1983, la convivencia entre presidentes y vicepresidentes estuvo marcada por tensiones que afectaron la gobernabilidad y la dinámica institucional, con muy pocas excepciones.

Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, Víctor Martínez representó un caso singular de armonía. El dirigente cordobés acompañó al mandatario radical sin generar disputas públicas ni internas durante el período 1983-1989. Martínez lideró el Senado y fue presidente provisional en los viajes del titular del Ejecutivo. No obstante, el hecho de que provinieran de distintos tipos de radicalismos hizo que la relación se tensara a medida que avanzaba el gobierno de Alfonsín.

La siguiente fórmula presidencial, integrada por Carlos Menem y Eduardo Duhalde, inició con unidad política en 1989 producto de la profunda crisis económica en la que se veía sumergido el país, pero pronto mostró señales de fractura. Duhalde, que aspiraba a suceder a Menem, fue marginado del núcleo presidencial tras el pacto que habilitó la reelección en 1994.

A pesar del reemplazo vicepresidencial, con el sucesor de Duhalde, Carlos Ruckauf, Menem no tuvo mayor suerte. El nuevo vicepresidente, durante el segundo mandato de Menem, también mantuvo una relación tensa con el presidente. En los últimos años de menemismo, Ruckauf ya no participaba en reuniones de gabinete. La ruptura se hizo más evidente cuando el vicepresidente comenzó a acercarse a quien sería el nuevo presidente, Fernando de la Rua y al exministro de Economía, Domingo Cavallo, el archienemigo de Menem.

En 1999, Fernando de la Rúa y Carlos "Chacho" Álvarez representaron a la Alianza gobernante. Al igual que su gobierno, su convivencia fue breve y conflictiva. Álvarez renunció a la vicepresidencia en 2000 tras desacuerdos por la conformación del gabinete y denuncias de corrupción en el Senado. El puesto quedaría vacío hasta la renuncia del presidente en 2001 producto de la crisis económica y social.

La gestión de Néstor Kirchner pareció mostrar armonía durante los cuatro años de su gestión, no obstante, las diferencias con su vicepresidente Daniel Scioli ya existían poco después de asumir. Scioli expresó su desacuerdo con decisiones clave como la anulación de las leyes de obediencia debida, además de mantener vínculos con el expresidente interino, Eduardo Duhalde, distanciado del kirchnerismo.

El escaso vinculo del binomio presidencial se intentó restaurar con la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner quien gobernó junto al radical Julio Cobos. Sin embargo, la dupla se desgarraría luego de la polémica ley 125, que aumentaba las retenciones al campo, una de las iniciativas que dividió a la población argentina. En 2008, durante la votación, el Senado llegó un empate y le tocó a Cobos desempatar. Con la famosa frase "Mi voto no es positivo", se posicionó en contra del proyecto que surgía de su propio gabinete. El entonces vicepresidente expresó: "No traiciono a nadie, estoy actuando de acuerdo a mis convicciones".

El nuevo vicepresidente de Cristina Kirchner en su segundo mandato, Amado Boudou, era sumamente elogiado por la expresidenta, pero de igual forma, no pudo salvarse de la maldición que acomete sobre los dúos presidenciales. Durante los últimos años del kirchnerismo, la mandataria comenzó a distanciarse de Boudou quien estaba vinculado a la causa judicial Ciccone por la cual el vicepresidente sería después condenado.

El matrimonio Mauricio Macri-Gabriela Michetti parece haberse saltado esta racha determinista de distanciamiento a tal punto que quizás quebraba esta maldición, pero lo cierto es que el gobierno de Alberto Fernández trajo nuevamente la vieja tradición. El distanciamiento con Cristina Fernández de Kirchner quedó reflejado en declaraciones públicas. El divorcio se hizo casi oficial luego de la polémica reunión que organizó el presidente en su residencia de Olivos durante la pandemia de Covid-19. A partir de ese momento, la fotos juntos comenzaron a escasear.

La figura de Fernández siempre fue considerada como secundaria y como parte del plan de Fernández de Kirchner para volver al poder. Más tarde, el presidente afirmó: "Los medios argentinos decían que yo era un títere y resulta que el títere es el único que termina enfrentado con Cristina".

Actualmente, Milei y Villarruel vuelven a repetir la historia solo que esta vez sin el menor ápice de discreción. Milei no solo llamó públicamente "traidora" a Villarruel, sino que esta misma aprovechó los comentarios de un libertario en sus redes sociales para afirmar que Milei se aprovecha de las arcas del Estado. Por lo visto, la escalada de tensión entre ambos parece no detenerse.

En conclusión, desde 1983, la política argentina muestra que la convivencia en la cúspide del poder ejecutivo rara vez escapa a los conflictos. La historia entre presidentes y vicepresidentes continúa escribiéndose con nuevos capítulos de tensión y distanciamiento.

Contenido actualizado el 14-07-2025 10:23




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