
Foto: Patricia Manero (NotiPress/Composición)
La Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) actualizó la recompensa pública por información sobre el paradero del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Bajo el segundo mandato de Donald Trump, el Gobierno de Estados Unidos emplea dos herramientas de diplomacia con sus antagonistas: la políticas de caza recompensas contra presuntos terroristas, y los aranceles.
Tras ofrecer 25 millones de dólares (mdd) por una presunta vinculación con Cártel de los Soles, el Estados Unidos solicitó a los ciudadanos de cualquier país no estadounidense proporcionar información sobre el mandatario venezolano. Esta iniciativa responde a la combinación de una política de intervención y las órdenes ejecutivas que califican a los grupos del crimen organizado como una amenaza para la seguridad nacional.
Si bien Maduro es el único presidente actual bajo este modelo de recompensa pública, otro mandatario recibió persecución internacional por parte de las autoridades estadounidenses. Ahmed al-Sharaa, presidente de Siria desde enero de 2025, se encontraba entre los más buscados del Departamento de Estado y el FBI, con una recompensa de 16 mdd.
En un comunicado de diciembre de 2024, la exsubsecretaria de Estado para Asuntos del Cercano Oriente, Barbara A. Leaf, informó que al-Sharaa salió de la lista de buscados debido a su disposición por seguir una política de diplomacia y responder al terrorismo. El actual presidente sirio fue acusado por vínculos con Al Qaeda, lo cual levantó incertidumbre sobre el papel de Estados Unidos ante esta organización tras los eventos del 2001.
Con la inclusión de los dos mandatarios como blancos de recompensa, la diplomacia de Estados Unidos sigue un camino de coerción basada en acusaciones de terrorismo. En este contexto, Trump sumó los aranceles recíprocos a las medidas contra las figuras antagónicas a su gobierno, en especial por la crisis del consumo de opioides sintéticos.
Para el caso de México y China, las acusaciones por el mercado de fentanilo impulsaron las primeras medidas de tarifas arancelarias anunciadas por el presidente estadounidense. En el contexto de negociaciones y acuerdos, entre los cuales se encuentra el desplazamiento de fuerzas armadas mexicanas a la frontera con Estados Unidos, la diplomacia con coerción de la Casa Blanca sigue un camino de mano dura.
Ante los intereses de política exterior y comercio con la Unión Europea (UE), Estados Unidos advirtió un nuevo paquete de aranceles contra Rusia y sus aliados comerciales. Si el Kremlin no establece un alto al fuego en Ucrania, los impuestos aduanales recíprocos subirán a 100%, y planteó la posibilidad de subir a 500% los aranceles de petróleo.
Entre los países afectados por la política comercial, Trump anunció aranceles de 25% y tarifas adicionales contra India por comerciar con Rusia, ambos países del bloque BRICS. Cabe señalar que la nueva diplomacia entre Trump y la UE ocurre en un contexto de competencia entre la captación del producto interno bruto (PIB) de los aliados estadounidenses y el bloque multipolar.
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