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En 2018, el 20 por ciento de los mexicanos redujeron o eliminaron el consumo de productos derivados de animales, formando parte de la nueva popularidad del vegetarianismo y veganismo. Según Gourmet Show son los jóvenes, especialmente mujeres, quienes más desechan la carne o derivados.
De acuerdo con un estudio titulado The global impacts of food production, publicado en la revista Science, solamente con una migración masiva a una dieta vegetal se podría reducir la problemática de sostenibilidad del mundo. La investigación analizó el costo ambiental en materia de producción, transportación, comercialización y consumo de la canasta básica que ingiere toda la población del planeta.
Asimismo, durante su respectivo ciclo de vida, la producción de alimentos ocupa el 43 por ciento de la tierra del planeta, quitando la presencia de desiertos y zonas heladas por falta de tierras de cultivo. En este sentido, esta producción es el origen del 26 por ciento de las emisiones de dióxido de carbono o metano, conocidos como gases invernaderos; 32 por ciento de la acidificación y 78 por ciento de la eutrofización son consecuencia de ésta también. Igualmente, alrededor de dos tercios del agua dulce que se retira de las cuencas sirve para regar o dar de beber a los animales.
Por otra parte, los productos de origen animal más populares tales como la carne, peces de piscifactoría, huevos y lácteos ocupan el 83 por ciento de la tierra para la producción de alimentos, y generan casi el 60 por ciento de las emisiones. Cabe mencionar, sólo otorgan 37 por ciento de las proteínas y 18 por ciento de calorías necesarias para sostener la alimentación de la población.
Joseph Poore, coautor del estudio e investigador de la Universidad de Oxford en Reino Unido, realizó una comparación entre el impacto ambiental que genera la producción de carne y una plantación de soya para tofu: "la carne de menor impacto crea un 360 por ciento más de emisiones de gases de efecto invernadero, un 3,200 por ciento más de acidificación, un 970 por ciento más de eutrofización y necesita un 230 por ciento más de tierra que una plantación media de soya para tofu por gramo de proteína".
Entre los efectos positivos de una dieta a base vegetal se encuentra la reducción en un 20 por ciento del consumo mundial de agua, así como una disminución del 50 por ciento de diversas emisiones. De esta manera, alrededor del 76 por ciento de las tierras ocupadas para la ganadería y agricultura se incorporarían de nuevo al ecosistema correspondiente.
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