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Ingenieros químicos de la Universidad Stanford, Estados Unidos, han desarrollado una piel artificial basada en polímeros que incorpora circuitos eléctricos y transistores, gracias al uso de materiales fotoquímicos que mantienen su integridad. El estudio de Stanford, a cargo de la investigadora Zhenan Bao, fue publicado en la revista Science y representa un importante avance para la industria de la piel artificial según sus autores.
Con la ayuda de maquinaria empleada en producción de microchips y semiconductores de sílice, científicos de esta institución lograron adaptar los circuitos electrónicos en superficies de goma flexibles y resistentes. De acuerdo con la investigación, 40 mil transistores fueron injertados en un solo centímetro cuadrado de circuitos sobre una superficie con propiedades de movilidad y torsión similares a la piel. Esto ha sido posible debido a químicos que responden con la luz y permiten una nueva manera de injertar los circuitos en materiales sensibles a otras substancias corrosivas empleadas en la industria de desarrollo de piel artificial.
Especialistas de la Universidad RMIT Melbourne, Australia, desarrollaron el prototipo de una piel electrónica capaz de responder al dolor. Según la investigación, el propósito de este invento es crear mejores prótesis gracias a injertos de piel artificial con una capacidad nerviosa similar a la piel humana. Si bien otras tecnologías existentes implementan conductores eléctricos en piel artificial, como la piel electrónica codificada asincrónica (ACES), la tecnología de Stanford se distingue por la facilidad de sus materiales fotoquímicos.
De acuerdo con especialistas de Science, el método habitual para el injerto de circuitos electrónicos se denomina fotolitografía, y consiste en empleo de luz ultravioleta para grabar patrones geométricos. Sin embargo, en tanto el excedente de material debe ser removido con cuidado, estos materiales se someten a una limpieza química después del grabado. La mayoría de los polímeros sufren una corrosión importante con estos químicos, lo que dificulta el desarrollo de piel artificial compleja para trasplantes y prótesis con circuitos similares al sistema nervioso.
Frente al método de fotolitografía para implementar circuitos electrónicos y transistores en diferentes superficies, la capacidad de mantener elasticidad y resistencia de sus materiales es clave. Donglai Zhong y Yuxin Liu, científicos del equipo de Bao, informaron que la piel artificial construida con esta técnica fotoquímica soportó más de mil estiramientos sin mostrar señales de deterioro. Asimismo, se considera un proceso de menor costo y fácil de reproducción, lo que facilitaría su producción en objetos más elaborados, como prótesis inteligentes controladas por aplicaciones.
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