Foto: Goh Rhy Yan en Unsplash
Cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) se calcula que aproximadamente unos 690 millones de personas sufren hambre en todo el mundo. Ahora, las tendencias del mundo están centradas a alcanzar el acuerdo de "Hambre Cero" para 2030 a través de proyectos los cuales puedan aportar con este propósito.
A raíz de esta situación, ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), desarrollaron unas semillas que retienen agua y son resistentes a las sequías. Este primer concepto, las semillas atacan dos problemas al mismo tiempo, el tema del hambre a nivel global y la generación de un mayor volumen de alimentos durante las épocas de sequía.
Un artículo publicado en Nature Food, señala que el equipo de investigadores del MIT liderados por Benedetto Marelli, tenían la intención de hacer un recubrimiento específico para abordar la sequía. "Debido al impacto del cambio climático en el planeta, necesitamos desarrollar nuevas tecnologías a fin de ayudar a mitigar estos cambios y crear más oportunidades en el sector agrario mundial".
El nuevo recubrimiento está inspirado en los recubrimientos naturales producidos por varias semillas, por ejemplo, la chía o albahaca. Ambas semillas tienen la virtud de producir una capa de gel para retener agua y también las protege de secarse. "Nuestra idea era proporcionar múltiples funciones de recubrimiento no solo apuntando a retener agua, sino también a protegerlas del clima", explicó Marelli.
Además de estas dos cualidades, los investigadores pudieron desarrollar una capa interna del recubrimiento donde contiene microorganismo conservados llamados rizobacterias. Es decir, son nutrientes para ayudarlos a crecer cuando se exponen al suelo y al agua, tomando nitrógeno del suelo y así proporcionar un fertilizante natural.
Benedetto Marelli detalló que, la idea de proporcionar múltiples funciones al recubrimiento de las semillas es para darle una capacidad extra de poder germinar sin la necesidad de fertilizantes. Según Marelli, el verdadero valor agregado está en que los microorganismos pueden crecer sin la necesidad de químicos extras y únicamente enriquecerse del suelo.
Cada uno de los procesos de investigación fueron suficientes para mostrar resultados alentadores y replicar este proceso de ingeniería a diversas semillas. El experimento se realizó en un inicio en frijoles comunes que tendrá un resultado final hasta el momento de ser cosechado para comprobar la efectividad del recubrimiento.
Para los investigadores del MIT el proceso podría significar un avance en la ingeniería de alimentos y mejorar el rendimiento de las cosechas en condiciones áridas. Ahora, el siguiente paso para los científicos es extender la investigación a una variedad de otras semillas de cultivos importantes como semillas de girasol, sésamo o calabaza.
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