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De acuerdo con un estudio publicado en EurekAlert, realizado por la Universidad de Eötvös Loránd en Hungría, los perros aprenden sobre los límites de las palabras como lo hacen los bebés humanos. La investigación explica que los perros pueden extraer palabras de un discurso humano continuo por medio de cálculos y utilizando regiones del cerebro al igual que los humanos. Según los científicos, esta es la primera demostración de la capacidad de utilizar estadísticas complejas para aprender sobre los límites de los vocablos en un mamífero no humano.
Para entender mejor, los bebés pueden detectar nuevas palabras al escuchar una conversación incluso previo a conocer su significado. Para saber dónde termina una palabra y comienza otra, los bebés hacen cálculos complejos para realizar un seguimiento de los patrones de las sílabas. De acuerdo con esta lógica, las sílabas usualmente precedidas unas de otras, para los bebés son probablemente palabras. Como metodología, el estudio observó imágenes cerebrales de perros en las cuales se descubrió que los caninos también pueden reconocer regularidades complejas en el habla. Marianna Boros, coautora del estudio dijo: "Hacer seguimiento de patrones no es exclusivo de humanos, muchos animales aprenden de tales regularidades, esto se llama aprendizaje estadístico". Asimismo, para aprender nuevos vocablos del habla continua, es mucho más eficiente calcular la probabilidad con la que aparecen juntas las sílabas.
En este contexto, Boros comentó que bebés de 8 meses resuelven la difícil tarea de segmentación de palabras y calculan estadísticas sobre la probabilidad de que una sílaba siga a la otra. Los perros, al ser una de las primeras especies domesticadas y con ello escucharon vocablos humanos con más frecuencia, fueron seleccionados como objeto de estudio.
Lilla Magyari, coautora del estudio mencionó, que ella y su equipo observaron diferencias en las ondas cerebrales de los perros cuando escuchaban palabras frecuentes en comparación con palabras poco usadas. La sorpresa más grande fue ver diferencias en las ondas cerebrales para las sílabas que siempre estaban juntas en comparación con las ocasionalmente juntas. Para explorar las similitudes de las regiones cerebrales responsables detrás de esta compleja capacidad computacional en caninos y humanos, los investigadores analizaron perros dotados con resonancia magnética funcional. La prueba se realizó en animales despiertos y cooperantes, además fueron entrenados previamente para permanecer inmóviles durante el tiempo de las mediciones.
Finalmente, los expertos afirmaron no haber descubierto cómo surgieron en los perros los mecanismos cerebrales similares a los humanos para el aprendizaje de vocablos. No obstante, resultados del estudio señalan que perros son capaces de entender ciertas palabras del lenguaje humano, un aspecto que convierte aún más al canino en el mejor amigo de humanos.
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