Por qué la logística de última milla exige precisión y no velocidad improvisada

 07-04-2025
Francisco Vicario
   
Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Foto: Sergio F Cara (NotiPress/Composición)

Muchos actores del sector logístico aún arrastran los efectos de decisiones aceleradas tomadas durante la pandemia. En el intento por responder a la alta demanda, varias empresas implementaron soluciones tecnológicas sin un proceso adecuado de integración ni diagnóstico real de sus operaciones. Esto ha derivado en sistemas fragmentados, procesos manuales y una creciente acumulación de errores logísticos.

Carlos Díaz Ojeda, director general de DispatchTrack Latinoamérica, explicó en entrevista NotiPress que este patrón afectó incluso a empresas grandes con cientos de camiones en la operación logística. Citó el caso de la existencia de una empresa de su conocimiento que tiene 15 mil camiones en y planifica de forma manual. Eso significa en planfillas de cálculo lo cual requiere cientos de planificadores. En su experiencia, comentó que muchas compañías aún mantienen áreas enteras en sus centros de distribución dedicadas a productos devueltos que no lograron reintegrarse correctamente al sistema.

A pesar de contar con herramientas digitales, el problema no radica únicamente en la tecnología, sino en la falta de un proceso consultivo y de adopción coherente. Refirió que hay clientes que creen que simplemente por instalar la herramienta se arregla todo.

Esto llevó a la firma a desarrollar un enfoque centrado en conocer a fondo el proceso del cliente antes de activar cualquier solución tecnológica. Mediante procesos de consultoría e interacciones con los clientes, presentaron la solución QuickCommerce en la expo The Logistics World de Ciudad de México. Como resultado del software de última milla y la consultoría, sumado a sus soluciones LastMile y PlannerPro, alcanzaron un hito de entregas cada 3.7 segundos en febrero de 2025 con un promedio de cumplimiento del 96.4 por ciento.

Entre los hallazgos, Díaz explicó que muchas veces se ignoran los escenarios donde el cliente no está presente al momento de la entrega. Esto obliga a regresar el producto, reingresarlo al inventario y generar una nota de crédito. Al no ser gestionado correctamente el caso de uso, invariablemente se producen pérdidas para las empresas proveedoras e incluso una percepción no positiva por parte del comprador.

Este tipo de fricciones logísticas, además de impactar en la experiencia del consumidor final, afectan la rentabilidad y generan costos ocultos. Díaz detalló que hay plataformas capaces de registrar causas de retrasos, monitorear el desempeño de conductores y automatizar el ciclo completo, incluso cuando un pedido no se concreta. Sin embargo, Díaz fue contundente al decir que sin un proceso previo de alineación entre herramienta y operación, esas capacidades se desaprovechan. En este contexto entran en juego el uso de las soluciones del portafolio que, además de QuickCommerce, incluyen a LastMile y PlannerPro, cuyo resultado mejora la puntualidad en más del 95%. Además, se reducen las consultas del servicio al cliente.

"Yo quisiera crecer 100% todos los años, pero si lo hago no me va a ir bien. Me va a ir bien un rato, y después van a aparecer los muertos al año siguiente", reflexionó.

En un mercado que ha madurado a la fuerza en tiempos de postpandemia y donde la competencia no tolera improvisaciones, las empresas ahora buscan priorizar precisión operativa, integración tecnológica y procesos adaptables a su realidad. En ese contexto, las soluciones que avanzan lento, pero bien implementadas, ofrecen ventajas sostenibles frente a un entorno cada vez más exigente, concluyó el especialista.




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