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Investigadores de la Universidad de Waterloo encontraron una relación entre la condición física de los jugadores élite de fútbol y el rendimiento deportivo en sus posiciones. El estudio publicado en Science Daily, señaló que todas las posiciones en el campo de fútbol, excepto los centrales, mostraron una asociación entre el entrenamiento de potencia aeróbica y el rendimiento de alta intensidad.
Matteo Masucci, coautor del estudio, explicó que las posiciones como medios y delanteros necesitan generar un máximo esfuerzo para conseguir un disparo en el momento adecuado o analizar todo a su alrededor. En contraste, los defensas centrales cubren menos distancia y realizan menos esfuerzo físico; además, se limitan a jugar más lento, pero lo equilibran al ser tácticos y mentales.
Todos los resultados fueron producto de un trabajo con datos de 62 jugadores de fútbol de la liga profesional en Italia (Serie A) durante la temporada completa entre 2014-2015 y 2018-2019. Los jugadores fueron sometidos a pruebas físicas y posteriormente se tomaron muestras de sangre para identificar sus niveles de lactato para evaluar su aptitud aeróbica, cantidad total de energía, aceleración y desaceleración.
Además, se descubrió que durante un partido de 90 minutos, un jugador profesional puede realizar hasta mil 400 cambios de actividad y hacer 200 sprints cortos multidireccionales de alta intensidad. Este esfuerzo requiere de un gran acondicionamiento físico no solo en términos de velocidad, sino también en cambios de patrón en movimiento.
El análisis también mostró que el vínculo entre la aptitud aeróbica y las secuencias repetidas de alta intensidad en un juego varían conforme a la posición de un jugador de fútbol. Algunos estudios anteriores investigaron la relación entre la aptitud aeróbica y el fútbol, pero se limitó solo a analizar la velocidad.
Sin embargo, el estudio del también entrenador de fútbol Masucci estuvo centrado en el tiempo de recuperación después del esfuerzo físico y la potencia física relacionada con la velocidad. Otros datos importantes del estudio fueron que los delanteros con carreras cortas, pero con un alto nivel de potencia en el sprint corrieron una distancia de 2 mil 170 metros.
Los jugadores que estaban en la defensa central alcanzaron una distancia de mil 450 metros y los laterales y centrocampistas recorrieron distancias de mil 990 y mil 670 metros respectivamente. "Nuestros hallazgos sugieren que los jugadores en el terreno de juego experimentan esfuerzos físicos diferentes y esto puede ayudar a los entrenadores a personalizar aún más los entrenamientos", subrayó.
Actualmente, los investigadores de la Universidad de Waterloo liderados por Matteo Masucci consideran que estos resultados pueden inspirar a los preparadores físicos a especializar los entrenamientos físicos. Todo con el fin de aumentar el rendimiento de los futbolistas profesionales y mejorar sus aptitudes aeróbicas y métricas en cuestión de potencia y velocidad.
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