Foto: Foto de Andrea Piacquadio en Pexels
A causa de la Covid-19, muchos tratamientos debieron ser considerados de segunda prioridad y gran parte de las personas acataron cuarentenas y restricciones de movilidad. Esta situación fue particular para las personas con dolores y enfermedades crónicas, no sólo por la falta de cuidado, sino por un posible aumento en el dolor. Un estudio reciente señala, las interacciones sociales juegan un rol importante en la percepción del dolor, por lo que durante la pandemia de Covid-19, el dolor crónico pudo haber aumentado.
El estudio fue realizado por diversas instituciones y publicado en Annals of Behavioral Medicine de la Sociedad de Medicina del Comportamiento. Los investigadores continúan la línea de estudio que sugiere, la interacción social juega un factor importante en la percepción del dolor y la efectividad de un tratamiento.
Para confirmar la relación, se enlistaron pacientes del Registro colaborativo de información sobre resultados de salud de la Universidad de Stanford. Mediante este seguro de salud, la atención clínica de rutina incluía terapia física y psicológica con especialistas en cada dolor crónico. Mediante el registro, pruebas adaptativas computarizadas y las medidas PROMIS pudo evaluarse la percepción del dolor de los pacientes un su atención clínica de rutina durante algún tiempo.
Los resultados demostraron que sí existe una relación causal entre el aislamiento social y cómo los pacientes percibían el dolor. Aquellos quienes percibieron una mayor sensación de inclusión y compromiso por parte de los demás tuvieron un menor impacto del dolor. De igual forma, pacientes con mayor sentimientos de aislamiento, soledad y desconexión parecían notar su dolor como una experiencia problemática.
"El dolor crónico puede ser increíblemente oneroso", dice Linda Porter, directora de la Oficina de Política sobre el Dolor del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares. "Parece que se ha convertido en un problema mayor durante la pandemia que antes; el aislamiento empeora su dolor, las personas no podían llegar a donde tenían que ir para recibir atención. Además, el ciclo del dolor a menudo incluye depresión y ansiedad, y todo esto en conjunto ha afectado realmente la vida de las personas".
Esta confirmación sobre el aislamiento en el estudio además buscaba hacer consciencia de incluir el contexto social y el apoyo disponible de los pacientes en los tratamientos clínicos. Si los factores sociales afectan el dolor y la efectividad de los tratamientos, durante la pandemia de Covid-19 es posible haya afectado significativamente para las personas en cuarentena.
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