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Un nuevo estudio de la Universidad Northwestern, en Estados Unidos, encontró que tipos específicos de bacterias intestinales pueden proteger otras bacterias "buenas" de los tratamientos contra el cáncer como la quimioterapia. Ello con la intención de mitigar los cambios dañinos ocasionados por los medicamentos en el microbioma intestinal al metabolizar los fármacos.
Los investigadores señalan que las bacterias protectoras podrían atenuar los efectos secundarios a corto y largo plazo del tratamiento de quimioterapia. La investigación podría conducir potencialmente a nuevos suplementos dietéticos, probióticos o terapias de ingeniería a fin de aumentar la salud intestinal de los pacientes con cáncer.
Erica Hartmann, autora del principal estudio señaló que, por lo general, cierto tipo de bacterias pueden descomponer efectos dañinos de la quimioterapia y otros tratamientos contra el cáncer. Para lograr este hallazgo, los científicos se inspiraron en el proceso biotecnológico donde se utilizan microrganismos para recuperar un medio ambiente llamado Biorremediación. "Nos inspiramos en esta técnica aplicada en las aguas subterráneas para conocer si algunas bacterias pueden descomponer a otros microrganismos, pero en el intestino del ser humano", agregó.
Asimismo, el estudio mostró que la respuesta de los análisis fue positiva y algunas bacterias pueden descomponer toxinas lo suficientemente rápido, proporcionando un efecto protector para la comunidad microbiana en el intestino. Aunque los tratamientos contra el cáncer salvan muchas vidas al año, también causan efectos secundarios profundamente duros y dolorosos.
Por ejemplo, dolores de cabeza, dolor muscular, dolor estomacal, daños en el sistema nervioso, entumecimiento o dolores punzantes generalmente en articulaciones. Además, la mayoría de los dolores relacionados con la quimioterapia empeora con cada dosis, bloqueando las señales de dolor en los nervios del cerebro.
A raíz de esa situación, la preocupación de los investigadores de la Universidad Northwestern se enfocó en que la quimioterapia, en particular, puede destruir bacterias sanas y buenas en el intestino humano. "Los medicamentos de quimioterapia no discriminan entre matar células cancerosas o matar microbios buenos o malos, simplemente daña cualquier microorganismo", puntualizó Hartmann.
Para probar si este efecto de descomposición podría proteger o no el microbioma, el equipo desarrolló comunidades microbianas simplificadas que incluían varios tipos de bacterias comunes en el intestino humano. Las comunidades intestinales simuladas contenías cepas para descomponer doxorrubicina -sustancia activa utilizada en tratamientos de quimioterapia-. También, cepas especialmente sensibles a la doxorrubicina y una cepa resistente al mismo fármaco, pero no la descompone.
Dadas las circunstancias, el quipo expuso estas comunidades intestinales simuladas y encontró una mayor supervivencia entre las cepas sensibles. Los investigadores concluyeron que, al degradar la doxorrubicina, ciertas bacterias hacían que los fármacos fueran menos tóxicos para el resto del intestino.
Hasta el momento, la investigación destaca una nueva y prometedora vía para potencialmente proteger a los pacientes con cáncer. No obstante, el autor principal del artículo, Hartmann advierte que traducir los nuevos hallazgos todavía es riesgoso, pues el experimento aún se mantiene lejos como para llevarlo a un nivel de desarrollo comercial y ponerlo en marcha en pacientes con cáncer.
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