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Muchas personas con molestias en la pared abdominal se preguntan si los ejercicios pueden solucionar su problema o si, en algún momento, será necesario recurrir a la cirugía. Aunque el fortalecimiento del core puede ser una estrategia eficaz en algunos casos, hay situaciones en las cuales una intervención quirúrgica es la mejor opción. La doctora Charlotte Horne, especialista en cirugía metabólica y reconstrucción de la pared abdominal en Mayo Clinic, explicó a NotiPress en qué circunstancias es posible mejorar con ejercicios y cuándo es imprescindible operar.
¿Cuándo los ejercicios pueden ayudar a la pared abdominal?
El entrenamiento del core abdominal es clave para mejorar la estabilidad y prevenir problemas musculares, pero no siempre es suficiente. Según la doctora Horne, la fisioterapia puede ser efectiva en algunos casos, especialmente cuando hay debilidad muscular sin daño estructural.
"Depende de la lesión, porque yo creo que muchas de la debilidad del piso pélvico, de los músculos de la pelvis, se pueden fortalecer mucho con fisioterapia del suelo pélvico", explicó. Además, mencionó que en mujeres quienes hayan pasado por un embarazo, la recuperación temprana con ejercicios puede hacer una gran diferencia: "Cuando nosotros utilizamos fisioterapia precozmente después del parto, logramos restaurar la función de la pared abdominal utilizando fisioterapia".
Algunos problemas que pueden mejorar con ejercicio incluyen:
- Debilidad muscular generalizada, sin presencia de hernias.
- Diástasis de rectos, cuando no es demasiado severa.
- Dolor lumbar o postural, relacionado con una falta de estabilidad.
- Pérdida de tono en el suelo pélvico, que puede afectar la función abdominal.
De la misma forma, en estos casos, fortalecer el core con ejercicios específicos puede restaurar la función muscular y evitar la progresión de los síntomas.
¿Cuándo es necesario optar por la cirugía?
No todas las afecciones abdominales pueden resolverse con fisioterapia o ejercicios. La doctora Horne aclaró que ciertos problemas estructurales requieren una intervención quirúrgica para corregirse. "Las hernias que provocan mucho dolor o molestia, las hernias que impiden que uno pueda hacer las actividades cotidianas normales, todo eso hay que evaluarlo pensando en una reparación quirúrgica", afirmó.
Casos en los que la cirugía es la mejor opción incluyen:
- Hernias inguinales o umbilicales que aumentan de tamaño o causan dolor.
- Hernias estranguladas, que pueden comprometer el flujo sanguíneo de los órganos.
- Eventraciones, es decir, hernias que aparecen después de una cirugía abdominal.
- Lesiones del tejido conectivo, que no pueden regenerarse con ejercicio.
Horne explicó que, aunque una hernia no cause síntomas graves de inmediato, puede empeorar con el tiempo. "Cuando nosotros miramos a los pacientes en este programa de mirar y esperar, cuando les hacemos entrevistas, cinco años después de haber comenzado con ese seguimiento, alrededor de un 70% terminaron en una reparación de la hernia", señaló. Esto significa que, aunque algunas personas pueden convivir con una hernia por un tiempo, la mayoría termina necesitando cirugía para solucionar el problema.
¿La cirugía resuelve el problema de forma definitiva?
La mayoría de las personas temen que una hernia vuelva a aparecer después de la cirugía. La doctora Horne explicó que el riesgo de recurrencia depende del tipo de hernia y del método de reparación utilizado. "Para la hernia inguinal la respuesta es no. La probabilidad de que vuelva una hernia inguinal es de un 2%", comentó.
En el caso de las hernias umbilicales, el riesgo de que reaparezcan es mayor si no se refuerza adecuadamente la zona afectada. "El riesgo de que recidive la hernia si a uno se le colocó una malla es un 2 o 3%, si no se utiliza malla sube a un 5 o 6%", detalló.
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