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De acuerdo con un estudio publicado por el Instituto de Tecnología y Educación Inteligente (ITSE, por sus siglas en inglés), en la pandemia por Covid-19 el modelo de educación con aula invertida ayudó a los estudiantes a adquirir habilidades clave para su desarrollo profesional, interpersonal y académico. Según datos de la Conferencia Internacional sobre Educación basada en Ciencia y Tecnología (ICOSETH), el aula invertida complementada con tecnologías como plataformas de videollamadas y aulas virtuales incrementó la participación y retroalimentación de estudiantes hasta 84.5%
El aula invertida, modelo de educación basado en una mayor participación de los estudiantes para preparar trabajos y proyectos fuera del aula, brinda una experiencia de aprendizaje y enseñanza simultánea. Según el portal oficial de Flipped Classroom (FC), el aula invertida funciona como educación activa, donde analizar y exponer los temas es más importante que memorizar los conocimientos transmitidos por un profesor. Los estudiantes se encargan de preparar y exponer los proyectos donde se encuentren involucrados, a través de mayor participación. En ese sentido, FC agregó, con preguntas, discusiones y actividades ellos pueden generar un mejor conocimiento de sus materias y habilidades profesionales e interpersonales desde las dificultades de la pandemia.
Con respecto a la implementación del aula invertida en distintas etapas del desarrollo académico y escolar para niños y jóvenes, la Universidad en Internet (UNIR) dio a conocer diversos resultados. La investigación de UNIR comentó que la madurez y tecnología son factores indispensables para su implementación, lo que cobra importancia ante la falta de contacto presencial en la pandemia. En el caso de la educación infantil, en niños de hasta 6 años, el uso del aula invertida está orientado a la adquisición de conceptos matemáticos y desarrollo del lenguaje.
Por su parte, la etapa de educación primaria, entre 6 y 12 años, cumple el propósito de mantener a los estudiantes interesados en el proceso de aprendizaje, agregó la universidad. La metodología de este modelo los ayuda a trabajar en equipo, convivir con otros estudiantes fuera del espacio del aula y crear vínculos afectivos entre ellos. Su implementación durante esta etapa de formación puede incluso reducir la probabilidad del fracaso escolar, al dar herramientas ante problemas emocionales y motivacionales, extendidos hasta educación secundaria, entre 12 y 18 años.
Finalmente, en la última etapa que corresponde a la educación superior, a partir de los 18 años, al aula invertida cobra un sentido práctico más sencillo gracias a la madurez de sus participantes. La educación en este nivel puede beneficiarse incluso con modalidades abiertas y a distancia, al implementar otras herramientas para una educación más activa y menos tradicional. Especialistas resaltaron, el aula invertida tiene resultados considerablemente más efectivos en la población de este grado de educación, donde la participación aumentó, con mejor desarrollo de habilidades en la pandemia.
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