Foto: Deniz Demirci vía Unsplash
Cifras de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) señalan que en el mundo existen 283 millones de personas con problemas de alcoholismo, de los cuales ocho de cada 10 son hombres. Aunado a ello, la entidad afirmó que 780 millones a nivel mundial consumen tabaco, pero solo el 30% de estas personas tienen acceso a tratamientos para poder dejar de fumar.
Por tal motivo, un tratamiento eficaz contra ambas adicciones puede ser una solución, pues en su mayoría, las personas dependientes del alcohol también consumen tabaco. De acuerdo con el Centro Médico de la Universidad de Chicago, una de cada cinco personas fuman y también beben en altos porcentajes.
Ante esa situación, la profesora en psiquiatría y neurociencia de la Universidad de Chicago y coautora del estudio, Andrea King, desarrolló un tratamiento para tratar ambas adicciones al mismo tiempo. El estudio, publicado por JAMA Network, señala que existen mecanismos biológicos cuyas funciones unen estrechamente al alcoholismo y tabaquismo.
La investigadora determinó esto con base en un factor, cuanto mayor es el consumo de alcohol, más intensa se vuelve la necesidad de fumar. Para llegar a estos resultados, la doctora y su equipo de investigadores estudió durante 12 semanas a 122 fumadores quienes eran también bebedores. Una parte de los voluntarios recibió terapia de reemplazo de nicotina con un parche y medicamento para dejar de fumar (vareniclina).
Asimismo, al segundo bloque de personas se le suministró el mismo parche de nicotina, pero en combinación con un placebo. Ambos grupos de participantes tuvieron que registrar si se abstuvieron de fumar o no durante las 12 semanas que duró el estudio.
Tras concluir el análisis, los hallazgos comprobaron que el tratamiento combinado de reemplazo de nicotina y vareniclina fue más efectivo para dejar de fumar con un 44,3%. En tanto, el 27,9% de los participantes que recibieron el parche de nicotina, en combinación con el placebo, se alejaron del tabaquismo. "El tratamiento conjunto fue bien tolerado por la mayoría de los sujetos y no produjo ningún efecto secundario grave", afirmó King.
Los especialistas no esperaban este resultado, pero lo más sorprendente fue que ambos grupos redujeron su consumo de alcohol durante el periodo de prueba. Al comienzo del experimento, los participantes masculinos bebían en promedio 14 bebidas por semana y los sujetos femeninos tomaban siete tragos semanalmente.
Cuando concluyó la prueba, todos los participantes disminuyeron en un 25% su consumo excesivo de alcohol gracias al tratamiento combinado de nicotina, medicamento o placebo. La doctora King señaló en exclusiva que: "En ningún estudio previo ninguna de las tres sustancias por separado había logrado disminuir ambas adicciones (fumar y tomar)".
No obstante, en conjunto dichas estrategias mejoraron las oportunidades para dejar de fumar y dejar de beber alcohol. Otro aspecto importante del tratamiento integral fue el compromiso de que los participantes para dejar el alcohol durante las 12 semanas del estudio.
Ello impactó para volver al tratamiento síncrono más efectivo, por lo cual la reducción del consumo de bebidas alcohólicas se debió en parte a una frase intuitiva general: "debo hacer un cambio". Aunque todavía la doctora King y su grupo de trabajo siguen estudiando el tratamiento integral, los resultados abrieron una oportunidad para dejar fumar y abandonar el alcohol simultáneamente.
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